Después de varias semanas me sentía más relajado, el tratamiento de mamá estaba dando frutos, cada día se le veía un poco mejor. Rocío me acompañaba en algunas ocasiones a visitarla, se volvieron buenas amigas, todo estaba mejorando, y si las cosas seguían así, en unos días más dejarían volver a mi madre a casa, eso me daba fuerza, por esa razón me encontraba en una cafetería con mis amigos, mamá insistió tanto, que no pude negarme, además necesitaba despejar mi mente de tanta mierda. Andrea invito a Rocío, pero esta no pudo asistir, una parte de mi lamentaba eso, quería que estuviera con nosotros, los días pasados la había visto un poco intranquila, probablemente preocupada, le pregunte pero dijo que estaba atrasada con un trabajo, así que no le di más importancia.
Andrea y Marcos seguían sin saber lo que ocurría con mi madre, Rocío me dijo que debería confiar más en mis amigos, tenía razón en ello, ambos me apoyaban, siempre estaban cuando los necesitaba, se preocupan por mí, sabía que tarde o temprano se iba a enterar de algún modo u otro, era mejor que yo les explicara, ¿Que mejor lugar que una cafetería? Hay tranquilidad, estamos bebiendo café, no quería arruinar el momento de relajación, pero sentía que si no hablaba ahora, después no podría hacerlo. Llame la atención de ambos, quienes al ver mi expresión guardaron silencio, solté un suspiro y comencé hablar; Explique los motivos de mi comportamiento, el cáncer de mamá, no quería preocuparlos, les comente que todo estaba bien, ambos se relajaron un poco, pero seguían preocupados, agradecí que no preguntaran más, hablar sobre ello no me era agradable.—Lamento habérselos ocultado. —Me removí nervioso en mi asiento.
—No tienes por qué disculparte, sabemos que es difícil, así que nosotros te ofrecemos una disculpa por haberte presionado, debiste meditarlo mucho para contarnos. —Andrea se acercó lo suficiente para abrazarme, así que hice lo mismo.
—Hermano, sé que lo sabes, pero cualquier cosa que necesites, no dudes en hablarnos, ahí estaremos. —Hablo Marcos.
Estuvimos hablando un rato más, bebíamos nuestras malteadas, hacía tiempo que no estaba tan tranquilo, tan relajado, por un momento olvide el estrés de la escuela, el trabajo, lo de mamá, aún había mucho que recorrer, tenía que salir de esta situación lo más rápido posible, y con mis amigos, sé que lo haré, hay ciertas cosas que siguen molestándome, pero no puedo arreglar mis asuntos de golpe, debo ir poco a poco, seguir estresándome no me ayudaría, al contrario, provocaría que siguiera hundiéndome más.
Después de una agradable noche, llegue a casa, no había notado lo vacío que se sentía, un malestar comenzó a crecer en mi pecho, odie esa sensación, y esperaba no volver a sentirla, quería a mamá de regreso, sabiendo que estará bien, lleve mi mano derecha hasta mi cabello alborotándolo un poco, después di un par de palmadas en mis mejillas tratando de sacar aquellos pensamientos, fui directo a lavarme, para después cambiar mi ropa y dormir.
A la mañana siguiente me aliste para partir al trabajo, no sin antes dejar un poco aseada la casa, limpiar se volvió rutinario, y me gustaba hacerlo, podía escuchar mi música favorita, bailar con la escoba o trapeador, cantar en voz alta, una forma de no pensar y dejarse llevar, cuando llegue a mi turno, me ordenaron hacer exactamente lo mismo; limpiar. Seguía sin mantener una relación con mis compañeros de trabajo, a veces hablaba con ellos, pero nada interesante, tampoco es que se preocuparan por mí o tuviesen interés, no los culpo, yo tampoco tenia interés en ellos, aunque debo decir que una chica de ahí era muy amigable, a diferencia de los demás, a veces robaba algún bocadillo y me compartía con la condición de no decirle a nadie, la primera vez que la vi, la atrape comiendo, me observo por unos segundos, después sonrió y me dio la mitad, diciendo que sería nuestro secreto, en ese entonces no mostré interés, ahora esperaba todos los días a que robara algo y hoy casi la atrapan, tuve que decir que había tirado un pan a la hora de mover las charolas, esas cosas a veces pasaban y no importaba, me dio las gracias en secreto, no sé si considerarla una amiga, porque de ahí en más, no hemos charlado, solo saludos y ya.
Los domingos me gustaban mucho, eran los días que a veces nos regalaban una parte de la comida que sobraba, cuando el día laboral término, espere mi ración, esa sería mi cena, minutos más tarde me aliste para ir a casa, pero Sarah, la chica que mencioné antes me "secuestro" y digo "secuestro" porque me atrapo y me arrastró hasta un parque cercano, ignoró mis quejas, cuando llegamos me arrebato mi bolsa con la comida, me guió al pasto e índigo que me sentara, un poco confundido hice lo que me pidió, me sorprendí al ver que había robado una porción más de la que nos dieron, uso las bolas coma manta y comenzó acomodar los alimentos, saco de su mochila dos bebidas, obviamente las había tomado, ahora entendía que quería cenar conmigo, aunque era un poco tarde para estar en un parque a altas horas de la noche, no era porque fuese peligros, al contrario, aun se veía gente paseando y charlando.
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Caminos Cruzados
RomanceSam y Rocío son dos jóvenes que estudian en la misma universidad, pero nunca han cruzado palabra alguna, soló miradas, hasta que llega el día en el que cruzan sus caminos finalmente, ambos tienen sus problemas, y ambos buscaran la manera de ayudarse.