Capitulo: 10

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La alarma sonó en repetidas ocasiones, levante mi brazo para apagarla, quería dormir un rato más, aún no me sentía con la fortaleza para poder levantarme, saque mi pie de la sabana, volteé el lado de la almohada para sentir lo helado, una de las pocas satisfacciones de la vida diaria. Cuando desperté mire la hora ¡Había perdido una hora! ¡Qué tonta! Rápidamente fui a lavarme los dientes, me puse ropa adecuada, pero no hice más, en el camino agarre mi cabello con un chongo (Peinado, generalmente de mujer, que consiste en recoger el cabello a la altura de la nuca una vez que se ha enrollado con un listón, una liga, etc.). No iba a perder más tiempo en arreglarme a menos que quisiera llegar otra hora tarde, mi madre me observo extrañada ya que salí sin despedirme, corriendo y más desarreglada de lo que quisiera, supuse que entendería lo que había pasado.
Estaba cerca de la parada del bus cuando observe un taxi, iba desocupado así que alce la mano para llamar la atención del chofer, rápidamente me subí cuando tuve oportunidad, di la dirección y marchamos rumbo a esta, si esperaba a que un autobús llegara, perdería más tiempo, de por sí ya son lentos.

Llegue a duras penas a la hora exacta, entre al salón de clases, el maestro ya estaba en él, pero gracias al cielo aun no daba inició la clase, todos me miraron extrañados, escuche algunas bromas de mis compañeros del tipo "te exploto el boiler, que buen peinado, me gusta tu estilo" sabía que eran bromas inofensivas para tratar de sacarme una sonrisa, así que me reí, al igual que ellos, busque un asiento a lado de un compañero, este me sonrió e invitó una goma de mascar, la acepte gustosa y la clase dio inició. Repasamos el tema anterior de manera rápida, simplemente para reforzar la información y aclarar dudas, la temporada de exámenes finales estaba por dar inicio, al igual que la entrega de proyectos finales, una semana atrás se nos asignaron distintos temas, crearíamos un documento con los lineamientos correspondientes y una presentación, preferible en Canva, pero podíamos usar cualquiera que se nos facilitara, Mariana y yo aceptamos trabajar juntas sin tratar de asesinarnos, al fin de cuentas era para la calificación final y a ninguna de las dos nos gusta fallar, hubiera elegido otro equipo pero se habían organizado desde los primeros días del semestre, cambiar a estas alturas no sería problema, pero la capacidad máxima de los equipos estaba establecida, la clase termino media hora antes, para poder organizarnos mejor, en semestres pasados habíamos adoptado una forma de trabajo en la cual todos escogíamos 2 o más puntos de los que teníamos que abordar y los desarrollamos, al final, dos se encargaban de acomodar el documento y los otros dos de hacer la presentación, menos mal esta vez tuve suerte, la presentación siempre las hacíamos Alonso y yo, así que no tenía porque verme con Mariana.

La hora de salida llego, quería colgarme de un poste por la cantidad tan absurda de tarea que tenía para la siguiente semana, organizando mis tiempos podía darme el lujo de perder algunas horas relajándome o hasta salir a tomar algo, claro está que solo si respeto los tiempos, guarde mis cosas en la mochila, me despedí de mis amigos y fui directo a coordinación, específicamente con la encargada de mi facultad, recibí un correo notificándome que debía presentarme, la licenciada Katherine me estaba ayudando en el proceso para la transferencia de instituto, parece ser que ya estaba todo arreglado, terminando el semestre formaría parte se otra universidad, pensar en ello me ponía un poco triste, además, mamá se mudaría esta semana, papá regresaría a la casa y estaría viviendo con el hasta entonces, me insistió en quedarme con él y terminar aquí mis estudios, podía hacerlo, pero no podía dejar a mamá sola, todo ese asunto ya me estaba hartando, firme un papel y fue lo último, podía ir a casa.
Me levante del asiento, agradecí a mi coordinadora, tome un dulce sabor café que suele tener en un pequeño plato para los estudiantes y lo lleve a la boca, disfrute del sabor, me encantan estos dulces, podría comerlos todo el día, una sonrisa se dibujó en mi rostro, salí de la oficina y avance por el pasillo mirando mi móvil, cuando choque con él, ambos nos sonrojamos y nos disculpamos por no haberlos fijando por donde andábamos, parece que hacíamos lo mismo ya que el también guardó su celular en el bolsillo de su pantalón.

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora