Demonio

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Sexo: Femenino.

Nombre: Auto nombrada, Amaya.
(Nombre muy poético que significa "lluvia nocturna").

Técnica de arte demonio: Juguete.

Como ya se menciono, esta técnica tiene dos usos.

Primera.- Revivir a toda persona conocida antes, siempre y cuando, sepa su nombre y recuerde su físico. Estos "muñecos" aparecen y desaparecen a voluntad de su amo, además, son inmunes al sol.

Segunda.- Si lo desea, puede hipnotizar a las personas y tenerlas bajo su completo control, estos son los "títeres" y como siguen envejeciendo, los come antes de ser inservibles. Este uso lo aplica mayormente en cazadores.

Historia: Muzan le salvo la vida y ella le esta agradecida por ello.

Amaya era una chica odiada por el pueblo donde vivía, debido a sus extraños ojos. Sus iris eran de un profundo color avellana en la parte superior que se transformaba disimuladamente a uno verde zafiro en la parte inferior.

Sus padres eran distantes y terminaron dañando a quien prometieron proteger. La gente se limitaba a mirarla con asco o miedo, excepto por ese pequeño grupo de insolentes que comenzaron a molestarla sin razón, ellos la miraban con burla y gozaban golpearla.

La joven lloraba cada que podía y trataba de complacer a sus padres, quienes se volvieron violentos. La culpa de tener una hija repugnante y no poder hacer nada era mucho para ellos, así que una noche decidieron abandonarla mientras dormía. Al principio sufrió y llego a culparse por el abandono, pero con el transcurso de los días dejo de importarle esos traidores y siguió con su vida.

Pero ese grupo, liderado por una tipa cualquiera, intensifico sus agresiones e insultos, llegaban a dejarla inconsciente en el suelo llena de heridas y golpes, pero nadie le ayudaba.

En una noche de verano, Amaya tenía que ir a buscar la mayor cantidad de provisiones posibles para no salir las próximas semanas. Esos chicos lo sabían, y la esperaban en la entrada de su hogar. En cuanto abrió la puerta  la inmovilizaron para llevarla a un callejón lejano.

-Tus ojos son un vil asco – comento con una sonrisa altanera. Ella sólo quería que la dejaran en paz.

-¿Qué quieren? – cuestiono mirándola con odio, la tenían acorralada y de cuclillas frente la responsable de sus insoportables días, la culpa era de esa, no de sus ojos.

Hizo un ademan con la mano y le taparon la boca con el pedazo de tela arrancado de su ropa.

- ¿Crees que me gusta tener que ver esas cosas? – señalo sus iris bicolor.

"Eso parece, me buscas por más que intento evitarte" – pensó enojada, y algo asustada.

-¡Pues no! – exclamo alegre – A nadie le agrada – los otros cobardes rieron.

Pasaron unos minutos para que el silencio volviera a gobernar ese oscuro callejón.

-Pero eso quedo atrás – dijo en un tono bajo – Porque yo encontré una solución – llevo su mano al interior de su ropa y saco una pequeña cuchilla – Despídete de esos feos ojos.

Su miraba se lleno de pánico, se removió desesperada tratando de zafarse y huir, aunque no tuviera a donde ir, tenía que escapar de esos enfermos. Los demás la sujetaron con más fuerza para retenerla, la contraria espero el momento perfecto para poder encajar esa filosa arma en el hombro izquierdo de la fenómeno, y se tomo su tiempo para sacarla, disfrutando de esos ahogados gritos de dolor. Cuando quedo débil por los golpes y sus puñaladas, pudo acercarse, hizo que le destaparan la boca para oírla mejor, y llevo lentamente la punta a su ojo derecho. No creyó que mirar esos asquerosos ojos llenos de miedo sería tan grandioso.

-Pobre chica – comento una misteriosa voz que no había oído antes.

En segundos, los cinco chicos que la rodeaban estaban muertos, sus cuerpos destrozados se desangraban. Aquel hombre camino hacia ella y la desato, la ayudo a levantarse y le sonrió antes de hablar.

-Estas muy herida, yo puedo hacer que tus heridas sanen en segundos. Serás fuerte y no habrá nadie que se atreva a pisotearte, a cambio tendrás que servirme.

-... ¿Quién eres? – lo miro a los ojos. El hombre dudo por unos instantes.

-Muzan Kibutsuji – contesto cortante.

-Gracias – inclino ligeramente la cabeza en forma de agradecimiento – Tomare su sangre y le agradeceré apropiadamente.

Muzan sonrió de lado mientras dejaba caer unas gotas de sangre en una de sus heridas, le costaba creer que cumpliera lo recién dicho sin ser manipulada.

Para su sorpresa, así fue, ella cumplió su palabra hasta el instante que el pilar del agua cortó su cabeza, exterminando a la tercera luna inferior y demonio más leal del rey.

Dato extra: Amaya conservo el color y forma de sus ojos al convertirse en demonio. A diferencia de todas los otros cazadores, Giyuu no la miro con asco y por eso fue menos agresiva con él.

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