¿Dónde estás?

.29.

Sabito desvió la mirada mientras el contrario acortaba la poca distancia entre sus rostros, llegando a sentir la respiración ajena. Esto era sumamente incomodo.

-Oye Giyuu, date prisa - acelero tratando de ignorar al chico que casi se pegaba a él.

-Ya voy - se adentro una vez más en la finca.

-... Así que tú eres Sabito - hablo.

-Sí... ¿Quien lo pregunta?

Al fin se alejo retomando su anterior lugar.

-Muichiro Tokito, pilar de la niebla - se presento - Necesitaba memorizar tu cara...creo que debo hacerlo - entrecerró los ojos.

-Ya veo... No te preocupes - nuevamente desvió la mirada.

Giyuu finalmente encontró la carta que originalmente era para el pilar de la niebla y la guardo en el bolsillo del uniforme antes de irse a donde los otros cazadores lo esperaban. Salió y encontró al par acostados sobre el suelo.

-Hola Giyuu - se sentó - ¿Ya terminaste?

-Sí...

-Muichiro y yo vemos nubes, ¿te unes?

-No soy bueno en eso - respondió entregando la carta que le llego por accidente, al verdadero destinatario.

-Ya lo veremos - lo jalo de la cintura obligándole a recostarse junto él - ¿Qué forma le vez a esa? - señalo.

-... Pues... - ladeo la cabeza tratando de encontrarse parecido a lo que sea - ... ¿Un mapache?

-¿Un mapache de donde? - cuestiono el menor, quien seguía sin hallarle forma.

-Ahí están las orejas - apunto con el dedo índice - Luego la nariz, las patas y la cola.

-...Ah, ya vi - sonrió - Sí, es un mapache.

-¡Esa parece un león!

-¡Y esa de al lado un caracol!

•••

Muichiro Tokito es un niño bastante distraído, más que Giyuu -y para Sabito eso era mucho que decir- pero también era muy agradable, alegre y divertido. El cazador de duraznos cabellos no se había divertido tanto mirando nubes, normalmente solo lo hacía para relajarse.

-¡Adiós Sabito! - dijo animoso, miro al pelinegro por unos segundos con un semblante serio y sonrió - Adiós Tomioka, gracias por lo de hoy - se despidió con la mano y entro a la finca.

-Eso fue divertido - dijo entrelazando las manos tras la cabeza - Por cierto, hoy quede de visitar a Kyojuro. ¿Me acompañas? - sonrió nervioso al mirar el cambio en el semblante del contrario.

-No quiero ir - dio media vuelta en dirección contraria.

-Pero Giyuu, tú dijiste que no podías culparlo, y que no estabas molesto con ninguno de los dos.

-No estoy molesto... Pero tampoco estoy contento.

-Los cambios de aliento son comunes. Urokodaki-san nos explico eso.

-Esto no se trata del cambio de aliento.

- El puesto de pilar, sí, lo sé - se acerco - Kyojuro y Tanjiro congeniaron de inmediato, no puedes culparlos.

- Lo tengo claro.

-Kyojuro no tenía malas intenciones al proponerles entrenarlos, odiarlo sin razones es incorrecto.