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Aliento de la bestia.

Quinto colmillo. Locura de cortes: Se abalanzo lanzando una secuencia numerosa de ataques que, aunque a simple vista eran al azar, tenían una gran precisión.

Aliento del agua.

Undécima postura. Calma: Los ataque lo esquivaban. Escogió el momento preciso para saltar y avanzar.

Segunda postura. Rueda de agua: Hizo el giro inicial.

El menor apenas y logro retroceder lo suficiente.

Séptima postura. Remolino de agua: Aprovecho la postura anterior para hacer la actual, dando varios giros.

Corto los pañuelos verdes amarrados en ambos brazos del contrincante. Reclamando así su victoria.

La insistencia de Inosuke y un poco de persuasión por parte de Sabito lo llevaron a entrenarlo. No quería porque claramente no sabía cómo, pero parece que lo está haciendo bien.

El entrenamiento era relativamente fácil. Tenían pañuelos amarrados en distintas partes del cuerpo, el trabajo del enemigo era utilizar las posturas de su aliento para cortarlos sin dañar al contrario, o perdería automáticamente. Giyuu utilizaba pañuelos azules, actualmente solo uno en el brazo izquierdo, Inosuke utilizaba verdes, y por el momento tenía tres, dos en el brazo derecho y uno en el izquierdo, Estos iban aumentando por cada corte.

El chico cansado se dejo caer en el suelo, ya estaba lo suficientemente acostumbrado a perder contra el mayor como para hacer rabietas sin sentido alguno.

-Inosuke – le mostró el trozo de tela arrancado de su pañuelo, aunque aun era muy pequeño. El contrario se levanto emocionado y volvió al Inosuke de siempre – Felicidades – sonrió nervioso.

-... Como sea – le dio la espalda y se coloco la máscara - ¡Te vencerá la próxima vez, cuadros lisos!

Tomioka lo miro alejarse, sin entender que hizo mal. El nuevo apodo le agrada, aunque hasta hace poco creyó que se quedaría con "mitad-mitad".

La mente le quedo en blanco y fue inundado por el pánico al ser rodeado de la cintura y quedar atrapado en un abrazo por la espalda, casi colapsa cuando suspiraron en su cuello.

-Eres asombroso Giyuu, el legítimo sucesor de Urokodaki-san.

-S-Sabi...to... – titubeo tembloroso, se giro para verlo de frente - ¿Qué pasa?

-Am... Kyojuro me hablo de una nueva tienda de postres y... ¿Quieres ir conmigo? – pregunto nervioso.

-Sí, ¿cuándo? – ladeo la cabeza manteniendo su pequeña sonrisa.

-... ¡Ma-mañana! ¡Por la tarde! – simulo una risa – Quede de ir a entrenar con Sanemi, podemos irnos después.

-¿Entrenaras con Sanemi? – bajo la mirada – No lo sabía.

-Se me paso decirte, disculpa.

-También puedes entrenar conmigo, ¿sabes? – se quejo en un hilo de voz – Has estado entrenando y teniendo misiones con todos los pilares menos con tu mejor amigo, eso es injusto.

-Lo siento Giyuu, pero no te escucho – frunció los labios - ¿Qué decías?

-¡Nada! – lo alejo zafándose del abrazo con la mirada baja – Mañana entonces, t-tengo que irme – se giro y comenzó a caminar al interior de la finca del agua.


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