¿Dónde estás?

.9.

El cuervo con un "collar" de color rojo decorando su cuello volaba guiando al cazador por fin recuperado.

Por su parte, el hombre caminaba sin prisa, pues aun era temprano. Tomo la espada entre sus manos y la saco de su funda, la mini neblina salió disparada del interior y la katana retomo sus colores gris y blanco. El graznido del ave lo regreso de sus pensamientos.

Descendió a su cabeza y se acomodo, estaban cerca. Sabito se quito la máscara para darle mayor espacio y siguió su camino con una suave sonrisa.

- ¿Tú qué opinas Kuro? ¿Debo ir a juicio para ver a Giyuu?

El cuervo negó frenéticamente. Continuaron en su trivial conversación hasta llegar al lugar de la próxima misión.

•••

Sabito se despidió del ave y siguió su camino en busca del demonio, sería más fácil si dijeran como son los demonios que tienen que cazar, pero no tenía opción.

- ¡Oye! - grito a su lado con pequeñas lagrimitas en los ojos.

Dio un salto alejándose por instinto y miro a la chica. Sus ojos eran de un verde pastel muy lindo, lo miraba con las mejillas infladas, los peculiares tonos de cabello llamaron su atención, combinaban con el color de sus iris.

- ¿Qué pasa? - pregunto más relajado.

- Eres malo, me has estado ignorando todo este tiempo - reclamo.

-Lo siento, no lo había notado -se disculpo.

La contraria sonrió con emoción, mientras ese suave color rosa volvía a sus mejillas.

- ¿Eres el cazador que me ayudara con el demonio? ¡Oyakata-sama es tan considerado! - coloco las manos en sus cachetes - Me envió a un chico muy guapo.

- ¿Oya quien?

- Soy Mitsuri Kanroji, cazadora de demonios, pilar del amor - se presento.

- ¿Pilar? Entonces lo pilares existen.

- Sí - ladeo la cabeza, confundida.

- Disculpa - sacudió la mano - Solo pensaba que eso de "pilar" era una locura más de ese chico, Tengen.

- ¡¿Conoces a Uzui-san?! - lo miro emocionada.

- Un poco, me encontré con él en una casa glicinas.

- Que suerte tienes - comento admirada.

- Si tú lo dices.

- Dime tu nombre - pidió inclinándose hacia él.

- Sa-Sabito - retrocedió unos pasos.

- ¡¿Eh?! - se alejo sorprendida - ¡Sabito! ¿¡Te llamas Sabito de verdad!? ¡Tú eres Sabito!

- Sí. ¿Por qué? - dijo confundido. ¿Acaso se conocían?

- Es la primera vez que escucho ese nombre - sonrió tranquila - Sabito, bonito nombre.

-... Gracias... - la miro agotado, es rara.

- Vayamos a comer - lo tomo de la mano y lo guió - Ahí te platicare sobre los pilares.

•••

Mitsuri era algo inquieta, pero muy amable...y con un enorme apetito.

- Los pilares son muy importantes en la organización, son espadachines nivel Kinoe - explicaba y comía - Actualmente existen nueve pilares, cada uno con aliento diferente, como ya te dije, soy la pilar del amor y mi aliento el del amor - soltó una risita obvia.

- Entiendo - dijo interesado.

- Tengen Uzui-san es pilar del sonido - dejo el tazón vacío sobre la mesa - Himejima Giomey-san es pilar de la roca, Sanemi Shinazugawa-san es pilar del viento, Obanai Iguro-san es pilar de la serpiente - suspiro con una sonrisa. Sabito la miraba atento a que reanudara su plática -... Ah, sí - se aclaro la garganta - Emm... Kyojuro Rengoku-san es pilar del fuego, Shinobu Kocho-chan es pilar del insecto y Muichiro Tokito-kun pilar de la niebla - finalizo pensativa, sentía que se olvidaba de alguien.

- Vaya, suena grandioso.

- Y lo es - sonrió por unos segundos, juraría que hay alguien más.

- ¿Cómo son los pilares?

- Peculiares, diría que cada uno con su propia belleza - respondió tratando de recordar, lo tenía en la punta de la lengua. Pero ¿quién era?

- ¿Y quién es el chico que mencionaste antes? El no sé qué sama.

- Oyakata-sama, él dirige la organización entera y es el encargado de asignar la misiones, Oyakata-sama lo sabe todo - dijo emocionada - Los pilares tenemos el honor de hablarle en persona - se mordió el labio con suavidad, ella de verdad quería saludar a Oyakata-sama en aquella reunión. Pero no debía distraerse, le faltaba un pilar.

- Con permiso - intervino una de las empleadas para retirar la montaña de utensilios sucios.

- Otra porción por favor - pidió sonriente y volvió a bajar la mirada con una mano en la barbilla. Casi lo tiene.

- C-claro - dijo nerviosa y se dirigió a su acompañante - ¿Usted desea algo más?

Kanroji comenzó a contar sus dedos en susurros, se detenía en el octavo y volvía a contar.

- Mm... - ladeo y miro el interior de su vaso - Un poco más de agua, por favor - pidió entregándole el objeto.

- ¡Aja! - golpeo la mesa emocionada, ya lo recordaba ¿cómo pudo olvídarlo?

- ¿Qué ocurre? - la miro sorprendido. Mitsuri clavo sus ojos en los ajenos durante un corto tiempo.

- Veo pasión en ti, quizás puedas convertirte en un pilar - comento feliz - ¿Qué aliento usas?

- El del agua.

Mitsuri lo miro con los ojos bien abiertos y el cuerpo congelado, trago duro para no escupir y sonrió nerviosa.

- Bueno, no hay ninguna regla que impida dos pilares de mismo aliento, y de ser así no creo que sea malo romperla. ¿Si se acepto una demonio en la organización mata demonios, porque no aceptar dos pilares con el mismo aliento? - se pregunto divertida, perdiéndose en sus locos pensamientos.

- ¿Mitsuri? - sacudió la mano frente sus ojos, tratando de regresarla a la realidad.

- ¡Giyuu Tomioka-san! - exclamo - Es el pilar del agua, olvide mencionártelo - rasco su nuca riendo.

Sabito la miro perplejo, sin meditar del todo las palabras anteriormente escuchadas. ¿Giyuu es un pilar? ¿Por qué nadie se lo dijo? Si de verdad Giyuu es un pilar -y por ende uno de los mejores espadachines de toda la organización- significa que no es débil y que él tenía razón. Sonrió internamente, no podía esperar a verlo y recalcarle mil veces lo equivocado que estaba.

- ¡¿Conoces a...!? - el delgado dedo de la cazadora lo callo.

- Shh... - su rostro se volvió completamente serio, observo atenta su alrededor - Está aquí - susurro.

No lo habían notado, pero entre tanto el día se había ido y la noche lo remplazo, tan silencioso como el nadar de un pequeño pez en el océano.

- Sígueme - murmuro y salió corriendo.

Ambos pararon a unos pasos del extraño ser. Su altura era alucinante, la flexibilidad en su cuerpo, sus inquisitivos ojos, todo en el era aterrador.

Tras analizarlos con la mirada sonrió, son cazadores, su platillo favorito.