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-Tomioka-san... Tomioka-san... Tomioka-san ¿estás escuchándome?... ¡Tomioka-san! – pico su hombro.

Se despertó sobresaltado, al tranquilizarse cubrió su frente con una mano, bajo el flequillo.

-Ah, estabas dormido de verdad – comento cubriéndose los labios, pensaba que el mayor la estaba ignorando como de costumbre – Disculpa.

-¿Shinobu? ¿Qué haces aquí? – la miro confundido.

-Estaba paseando tranquilamente por la calle hasta que me tope con basura en el camino, opte por llevármela – amplio su sonrisa – Vamos Tomioka-san.

Shinobu se levanto y jalo del brazo al mencionado, obligándolo a imitarla.

-¿Qué hacia el pilar del agua dormido a un lado del camino? Ten algo de dignidad - Giyuu ignoro su comentario, aunque tampoco sabía que responder - Tomioka-san – sonrió molesta.

-Creo que estaba muy cansado, no he dormido bien últimamente.

-¿Enserio? Puedo recetarte un té muy efectivo.

-No quiero molestar.

-Ya lo hiciste, vayamos a mi finca.

El más alto miro el camino, luego de razonar unos minutos se dio cuenta de que iban en dirección contraria, miro atrás sobre el hombro. Kocho se dio cuenta de esto y no pudo evitar reír.

-Veo que sigues dormido Tomioka-san – se burlo – El pueblo más cercano está a unos cuantos kilómetros de aquí y necesito comprar varios remedios y hierbas, me ayudaras con las compras – explico.

Siguieron caminando en un profundo y cómodo silencio.


•••


Fue tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo a reaccionar, hay supo que no importa lo hábil que seas, nadie puede contra los giros inesperados de la vida.

De un momento a otro Shinobu se escondió en su espalda, podía sentir el miedo de su tembloroso cuerpo porque se aferraba a su ahori y provocaba que se moviera con ella. Por otro lado, Giyuu miraba con expresión neutra al responsable de todo.

-Solo es un perro.

-Entonces deshazte de él Tomioka-san.

Quería hacerlo, en verdad le gustaba la idea de correr a ese animal y salir de esa vergonzosa escena que estaban montando en medio del pueblo, pero estaba demasiado nervioso para hacer algo.

-Huye – fue lo que pudo articular.

-Lo siento...mis piernas no reaccionan – se encogió.

A decir verdad, esos gruñidos y ladridos lo estaban hartando, tenía sueño, estaba cansado, fatigado, y a un perro tonto se le ocurre amenazarlos a mitad del camino. Chasqueo la lengua irritado y desenvaino la katana.

El animal le ladro unas dos veces más y se fue corriendo mientras chillaba. Giyuu se quedo inmóvil, sin entender el porqué de su repentina huida.

-¡Oiga! ¿Qué pensaba hacerle al pobre perrito? – dijo molesta una señora que rondaba cerca.

Nuevamente guardo la nichirinto y miro con poca paciencia a la mujer.

-¿Es suyo?

-... No... – retrocedió.

-Pues no se meta – siguió su camino junto a Shinobu. La señora los miro indignada.

-Gracias - susurro apenada - ... ¿Qué ibas hacer? – lo miro curiosa.

Ella lo conocía bien y sabía perfectamente que no le haría ni un rasguño a esa mini bestia.

-Intentar distraerlo con el pescado de allá – señalo una de las mesas en un puesto de comida.

-Entiendo – volvió a sonreír, como si nada hubiera pasado - Solo una tienda más y podremos irnos.

-¡Compañeros! – dijo con ánimo.

-Rengoku-san – se detuvo a saludar - ¿Qué te trae por aquí?

-¡Vine a comer! – respondió lleno de energía. Giyuu lo miro agobiado y envidiando un poco de su ánimo - ¿Qué sucede Tomioka? Estás más perezoso de lo normal.

El mencionado desvió la mirada algo ofendido, él no es perezoso, ni lo aparenta. La burlona risa de la menor no se hizo esperar.

-Tomioka-san tiene un poco de insomnio – respondió en su lugar.

-¡Ya veo! ¡Necesita energía! – comento feliz.

-Así es.

-¡En ese caso ven conmigo! – se apunto con el pulgar - ¡No hay mal que la comida no arregle!

-Gracias, pero...

-¡Buena idea Rengoku-san! – empujo al pelinegro hacia él – Debe comer un poco, y tu compañía lo animara.

Giyuu no necesito verla para notar la malicia de sus intenciones.

-¡Asombroso! – lo tomo de la muñeca - ¡Te esperamos Kocho! – se fue riendo.

- Diviértete Tomioka-san - se despidió con la mano.

Dio media vuelta y busco algo con que distraerse, se tomaría su tiempo y un poco más para reencontrarse con el par de pilares, lástima que no podría ver la incomodidad que sufrirá Tomioka.

Giyuu miraba fijamente la mano que jalaba de su muñeca, como aquellos días en los que un niño con una cicatriz en la mejilla la guiaba por la montaña Sagiri. Miro de reojo al chico de mirada decidida, le resultaba muy parecido a él, dejo salir un largo suspiro.

-¡No te preocupes Tomioka! Te sentirás mucho mejor luego de comer algo delicioso.

-Eso creo...

Hubo un corto silencio entre ellos.

-¡Ahora que lo recuerdo! ¿Cómo va la recuperación del joven infractor? No lo he visto desde entonces.

-¿Tanjiro? – lo miro dudoso.

-¿Ese es su nombre? ¡Se llama Tanjiro!

-Sí... - cubrió su tímpano con la mano libre.

-¿Por qué arriesgas tu vida por un demonio? – pregunto con seriedad.

-... Es una larga historia.

Podría dejarlo así, continuar el camino sin insistir, pero él era una persona extremadamente curiosa. Lo acerco a él dejando sus rostros a centímetros del ajeno.

-¡Quiero saberla! – expreso, aunque por su tono fácilmente se podía interpretar como una orden.

Esos azulados ojos podían ver la intensa curiosidad de su mirada, mantenía expresión neutra aunque estaba incomodo y molesto. ¿Acaso Kyojuro y Shinobu no saben lo que es espacio personal? Lo alejo con cautela.

-Te lo contare cuando comamos.

-¡Bien! – volvió a jalarlo al interior del restaurante.

El enfado de Giyuu se esfumo. Realmente era similar a Sabito.

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