Se removió sudoroso. Algunos quejidos se escapaban de sus labios hasta convertirse en un grito proveniente de lo más profundo de su garganta, abriendo los ojos por fin.
Su vista permanecía fija en el techo, respirando agitadamente por la boca. Recupero la tranquilidad de su respiración y sello los labios, se sentó en el centro de la cama acomodando la sabana en su cadera, suspiro con pesadez colocando la mano en su frente.
- Buen día joven cazador – saludo con una gran sonrisa.
Sabito se deslizo retrocediendo por la sorpresa, al enfocar su mirada en la contraria se tranquilizo.
- Shinobu, me asustaste...
- Lo siento, no quería – mintió – Tal vez sea algo tarde para preguntar, pero ¿Cómo te llamas?
- Sabito – sonrió – Perdona, fue mi culpa por no presentarme.
- A decir verdad ya no importa. Recientemente he escuchado tu nombre entre los demás pilares.
- Sí, Kyojuro me dijo algo similar.
Recargo la barbilla en su palma, mirándolo fijamente. El chico de ojos lavandas se comenzaba a incomodar.
- Así que tú eres Sabito, el idiota por el que Tomioka-san tanto sufre – sonrió molesta.
En ese momento sintió una oleada de culpa y duda. Resultaban incontables las cosas que se pudieron haber evitado si se hubiera quedado con Giyuu.
No podía pensar en remordimientos ahora, debía concentrarse en arreglar todo lo que su mala decisión provoco.
•••
Con pasos poco firmes caminaba en dirección a la habitación de los últimos días. A casi nada de llegar, la puerta se abrió dejando ver esa persona que congelo todo su cuerpo.
- Bienvenido de nuevo Tomioka-san – saludo - ¿Alguna novedad?
Negó con la cabeza.
-... ¿Entonces qué haces aquí?
Señalo la puerta, ligeramente tembloroso, las palabras no se formulaban y su voz lo había abandonado.
- Pero Tomioka-san – lo miro seria – No creo que...
- Debo comprobar si es él.
Se sostuvieron la mirada por varios segundos, casi minutos. Shinobu suspiro rendida.
- Está bien Tomioka-san – se hizo a un lado dándole espacio – Todo tuyo.
- Gracias – entro al cuarto. Aun no estaba preparado para lo que se encontró ahí.
Sabito miraba fijamente las sabanas tratando de hallar sentido en las amenazas de Shinobu. Aunque siempre terminaba distrayéndose con la sorpresa de saber que la misma persona que lo molestaba también lo defendía a espaldas del pelinegro. Como un hermano que se niega a que otros además de él molesten a su hermanito.
Cuando alguien más entro, decidió pensar en ello luego.
- ¡Giyuu! Me alegra verte - sonrió ampliamente.
El mencionado lo miro nervioso, al mirar su sonrisa entro en un extraño pánico que le revolvía el estomago. Asintió con la cabeza volviendo a ocultar su rostro.
- Eres un hombre ahora - comento nostálgico - ¿Cómo has estado?
- Normal...creo – dijo en un hilo de voz.
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¿Dónde estás?
FanfictionSabito despertó en la prisión de glicinas sin recordar nada. Termino la selección final y regreso con su maestro, ahí los sucesos extraños comenzaron. A pesar de las tantas cosas que tenía por resolver, decidió encontrar a su mejor amigo y quitarse...