¿Dónde estás?

.34.

Todo lo que pasaba a su alrededor lo cuestionaba en un ¿Por qué?

¿Por qué todos le miraban igual? ¿Por qué aunque se mirara diferente era idéntico? ¿Por qué nadie le dijo que todo va estar bien con una sonrisa en el rostro? ¿Por qué nadie espera su llegada al final del camino? ¿Por qué sus uñas se volvieron garras, sus dientes colmillos, su cuerpo casi inmortal, su fuerza ilimitada, y sus ojos no cambiaron? ¿Por qué no puede cambiarlos? ¿Por qué al final nada cambia? ¿Por qué se aferro a su vida vacía cuando tuvo la oportunidad de desecharla? ¿Por qué sigue aferrándose a la vida? Si hace tiempo se acabo.

Porque eres un demonio, tienes el poder de cambiarlo. Vuelve esas miradas de asco y rencor a unas desoladas y traumatizadas.

Eres un demonio, un ser superior.

Eres un demonio, los demonios no mueren, no de una forma tan lamentable.

Eres un demonio, el favorito de Muzan, así que levántate... Amaya.

•••

Sabito entreabrió los ojos lentamente, esperando poder adaptarse al sol de la mañana, sentía el cuerpo pesado y entumecido, además de que le dolían todos los huesos.

-¿Sabito...?

La mirada del chico viajo al origen de esa voz, sonrió ligeramente.

-Buenos días Kanao.

-¿Cómo se siente? – pregunto nerviosa - ¿Le duele algo?

-Me duele todo, pero estoy bien.

-Iré por Shinobu-san para que venga a revisarlo – informo antes de salir corriendo.

Sabito se sentó ahogando diminutos quejidos, sus ojos lavanda quedaron vagando en el paisaje mañanero de la finca mariposa, su mente perdida en esos sueños extraños. Los moderados golpes en la puerta tomaron su atención, Shinobu entro seguida de Kanao.

-Muy buenos días Sabito-san – saludo colocándose al pie de la cama - ¿Te sientes bien?

-Sí, solo estoy un poco adolorido.

-Es normal – sonrió – Kanao, la jeringa por favor – la menor asintió con la cabeza y se dirigió a la mesa donde estaban los materiales – Te inyectare un analgésico para que tu cuerpo se relaje y los huesos no te torturen en tus actividades diarias – informo.

-Está bien.

-Tomioka-san acaba de ir a desayunar, estará feliz cuando te vea – comento recibiendo la inyección ya lista – Después de todo, no se ha querido separar de ti en ningún momento. Tu brazo por favor.

-¿Enserio? – estiro el brazo.

-Sí – introdujo la aguja en la piel – Me sorprendiste, despertaste de tu coma como si de una siesta se tratara, pero es un alivio verte bien – termino y cubrió la zona con un algodón – Ya está.

-Gracias Shinobu.

-De nada, pediré que te traigan algo de comer – le entrego la jeringa vacía a la menor – Luego haremos un chequeo rápido, y si todo sale bien ¡Empezaremos con el entrenamiento! Con permiso – se despidió sonriente.

-... Me alegra verlo bien Sabito – hablo – Todos estábamos preocupados por usted... En especial Tomioka-sama.

-No deja de ser un extremista – comento con diversión - ¿Cómo están los demás?

-Uzui-sama está bien, sus esposas cuidan de él en su finca, Zenitsu se recupero y volvió al trabajo – bajo la mirada -... Inosuke y Tanjiro siguen inconscientes, ahora mismo Shinobu-san está creando medicinas que les ayude a recuperarse, aun así me ordeno que le avisara cuando usted despertara.