.Epilogo.

2.4K 269 206
                                    

Antes de comenzar hay unas aclaraciones que se deben mencionar.

Los personajes conservaran el nombre que tuvieron a lo largo de toda la serie, pero se respetaran los papeles y características del último capítulo del manga. Por ende, Kanao sí es hombre en esta parte.

Lo único diferente será la relación entre Giyuu y Makomo.

Eso sería todo, comencemos:


- Oye Giyuu – dijo acariciando los cortos mechones de dicha persona.

- ¿Sí? – pregunto con la cabeza apoyada en el brazo ajeno y una pequeña sonrisa que se rehusaba a dejar sus labios, mientras miraba al pequeño dormir entre ellos dos.

- ¿No te gustaría que compartiéramos otra vida?

- Me encantaría, lo desee desde hace años.

- A mi también, pero por ahora disfrutemos el tiempo que nos queda en esta vida – pidió antes de besarlo.

Suspiro al aire, no deja de recordar esa banal plática que para él significo tanto. Giyuu Tomioka recuerda su vida pasada desde los 10 años, y a diferencia de ella, en esta estaba bien, Tsutako sigue con él, ahora mismo estaba abajo, conoció a Sabito y todo indicaba que estarían juntos en esta vida también... Pero no como lo imagino.

-¡Giyuu, llegaras tarde a tu cita con Sabito! – grito desde la planta baja. Tomioka se sobresalto, miro la hora y salto de la silla.

-¡Ya voy! – tomo sus audífonos y salió de su habitación – Gracias por avisarme.

-Suerte en tu cita.

-¡No es una cita! – aclaro cruzando la puerta principal.

Varias cuadras adelante un auto de policía lo detuvo, él se giro y sonrió al reconocer los chicos que salieron.

-¿A dónde vas tan arreglado Tomioka? – inicio el pelinegro.

-Buenos días, sólo voy a encontrarme con Sabito – respondió con simpleza.

-Ah, una cita – comento el albino y rió junto a su compañero por el gesto del menor.

-No es una cita – quiso dejar claro. Sanemi y Genya ahora eran policías, le alegraba que fueran felices, no era de extrañar que los dos buscaran el mismo tipo de adrenalina.

-Sí, eso dicen – le revolvió el cabello – Ten cuidado, últimamente muchas parejas usan la vía pública para atender sus indecorosas ansias.

-No queremos tener que llevarte semidesnudo a la comisaria – Genya lo miro con seriedad, pero la risa de Sanemi se contagio en él. Giyuu se sonrojo hasta las orejas.

-¡Eso no pasara, no es una cita!

-Vale, haré como que te creo – dijo mientras regresaba al auto junto al pelinegro – Te llevamos, sube.

-Gracias, pero primero debo pasar al restaurante – Sanemi lo miro con picardía – ¡N-no por eso!

-Nosotros íbamos para allá – se metió Genya – Te dejamos ahí.

-... Está bien – se acerco y subió a la parte trasera del carro.

Al principio se sentía un criminal transportándose en el asiento trasero de un transporte policial, casi sentía sus muñecas prisioneras con unas esposas, pero ya se acostumbro.

Llegaron al restaurante de la feliz familia Iguro y se estacionaron antes de entrar. Giyuu miro que en la cocina Mitsuri le daba a probar algo a Obanai, sonrió por ellos, realmente se emociono la primera vez que los vio juntos, aproximadamente 1 año después de haber tenido los recuerdos de su vida pasada.

¿Dónde estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora