HIS TIME

:::: XVIII

Domingo, por fin... Toda la semana había estado esperando por el domingo, recordar que sería el día en que por fin podría verlo me hacía tener fuerzas durante los días en los que trabajaba.

Imaginar esa bonita carita con una sonrisa en ella me impulsaba a poder seguir adelante con cada uno de mis días.

Como de costumbre, hice todo mi aseo de la casa y me bañé para finalmente recibirlo en mi casa. Al terminar de asearme me senté en el sillón de la sala con periódico en mano y lo esperé mientras leía aquel papel.

Después de unos minutos de tomar el periódico entre las manos sonó el timbre de la casa avisándome que alguien se encontraba en la puerta y muy probablemente era él.

Me dirigí a la puerta con una sonrisa y con la esperanza de que fuera él la persona que estuviera parado en la puerta.

— ¡Soldadito! — Exclamó al verme abrir la puerta.

— Oh, si eras tú. — Dije con un tono "triste" haciendo que una mueca apareciera en su rostro.

— Feo. — Me dijo de manera brusca para después sonreír.

— Obvio es mentira, te esperaba ansioso. — Volví a decir para así hacerme a un lado y dejarlo pasar.

— Te extrañé mucho. — Contestó mientras yo cerraba la puerta.

— Ven aquí, bebé. — Pedí abriendo mis brazos para así poder recibirlo de una buena manera.

Él tomó inmediatamente mi palabra y se dirigió hasta mi para finalmente juntar su cuerpo con el mío.

— También te extrañé mucho. — Susurré al tenerlo entre mis brazos.

Después de unos segundos de tenerlo entre brazos lo sentí separarse un poco de mi y lo miré atentamente.

— ¿No me vas a besar hoy? — Preguntó logrando que sus hermosos ojos fueran admirados por mi.

— ¿Solo nos vamos a besar? — Pregunté poniendo atención a su reacción.

— No esperaba hacerlo tan pronto, pero de verdad quiero verte sobre mi. — Las palabras y el tono de voz que usó hicieron que un escalofrío recorierra mi espalda.

— No hables así porque me seduces. — Bromeé para después tomarlo de los muslos Y alzarlo del suelo.

— ¡Uh~! ¡Realmente eres fuerte! — Dijo tanteando mis hombros que se encontraban un tensos por la poca fuerza que estaba haciendo para sujetarlo.

— Y tu muy pequeño. — Le dije con el objetivo de molestarlo un poco.

— ¡No soy pequeño! — Exclamó golpeando con una mano mi pecho mientras que con la otra se sostenía para no irse para atrás.

Comencé a caminar hacia la habitación con él en brazos mientras reía a causa de sus quejas.

Llegué casi sin dificultad a la pieza y entre para después cerrar la puerta y hacer que su espalda se pegara en ella.

— Te ves muy bien cuando te pones de este modo. — Dijo con el tono de voz que antes había hecho que mi piel se erizara.

— Estoy esperando por verte debajo mio temblando... — Susurré al tener la cara oculta en su cuello para después besarlo y lamerlo.

— Ungh... Ah... Llévame a la cama... Umgh... — Pidió mientras mi boca seguía atacando su cuello.

Hice inmediatamente lo que pidió y me dirigí a la cama para así bajarlo lentamente hasta dejarlo sobre la cama de manera delicada.