:::: XXVI

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— ¿Ahora puedo dormir? — Le pregunté al caer rendido sobre él.

— ¿No te has dado cuenta de que ya amaneció? — Fue su respuesta dejándome realmente sorprendido.

— Dios... Ya amaneció... — Realmente estaba sorprendido, no podía creer que habíamos pasado toda noche entre caricias y besos.

— Tu realmente estabas concentrado en lo que hacías. — Mencionó con una sonrisa mientras sus ojos seguían mis movimientos.

— Estaba totalmente sumergido en ti. — Mencioné logrando recostarme a un lado suyo.

— Literalmente... — Mencionó antes de reír al ver mis ojos abiertos de gran manera al igual que mi boca.

— Que sucio puede llegar a ser el señorito Park... — Mencioné al cerrar mi boca para después ver como reía tan melodiosamente.

— ¿Seguimos probando que tan sucio puede ser el señorito Park? — Lo oí mencionar mientras volvia a dejarme totalmente impactado.

— Dios ¿tu no te cansas? — Pregunté al poder hablar.

— Pues no porque tu eres quien se mueve. — Dijo antes de reír de la misma manera que antes.

— ¡Vamos a dormir ya! — Exclamé mientras que lo abrazaba de manera que dejaba sus brazos totalmente inmóviles para que él no pudiera hacer nada.

— ¡Sigamos jugando! — Exclamó moviéndose casi desesperadamente logrando que mi fuerza aumentara y su inmovilidad también.

— ¡Teniente Jeon! ¡Uh! ¡Tan fuerte! — Dijo logrando que una risa escapara de mi al escuchar su tono.

— Vamos a dormir. — Mencioné acomodándome mejor en la cama, mi nariz había quedado en su cabello dejándome apreciar aquel hermoso olor que él siempre tenía. — Hueles rico.

— Eso es porque me preparé antes de que llegaras a casa. — Explicó totalmente tranquilo.

— ¿Estabas planeando esto? — Pregunté sintiéndome un poco asombrado ante el atrevimiento de mi pequeño novio.

— ¿Qué pasa si te digo que si? — Me preguntó quedándose totalmente quieto su lugar.

— Estaría totalmente sorprendido, no eres tan inocente como creí que eras. — Informé con una gran sonrisa.

— ¿Cuando yo demostré ser inocente? — Lo oí cuestionarme sacando una risa de mi inmediatamente.

— Tu eres una cosita realmente hermosa, me sorprendería si no lo fueras. — Le expliqué aflojando un poco mi abrazo.

— No creo que debas juzgar a alguien solo por el cómo se ve. — Dijo con una sonrisa antes de voltearse y poner su pierna sobre mi junto con su brazo en mi cuello. — ¡Vamos a dormir!

— Realmente eres muy pequeño. — Dije mientras que mis manos se paseaban por su cuerpo hasta llegar a su pequeña cintura.

— No me toque así, teniente. — Mencionó haciendo que otra risa saliera de mi.

— Está bien, está bien, vamos a dormir. — Pronuncié con una sonrisa en el rostro mientras que mis ojos se cerraban poco a poco.

Mi mano recorrió la acolchada superficie de mi cama en busca de él, mis ojos se abrieron al no encontrarlo junto a mi.

— ¿JiMin? — Pregunté con voz adormilada mientras me sentaba en mi cama intentando aclarar mi vista.

HIS TIMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora