Vida.

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Advertencia

Intento de suicidio.

...

Heavy se acomodó en su cama, recargado contra la pared y con una sonrisa mientras se colocaba los audífonos seleccionando Manowar a máximo volumen.

Murmuró unos versos de la canción con ánimo antes de estirar su mano hacía debajo de su colchón extrayendo una bolsa plástica con una sola cosa dentro.

Aún cantando suavemente, de su lado derecho levantó la vieja arma de mamá y la observó durante unos segundos, luego de la bolsa plástica sacó una bala. Colocó la bala en el arma con una extraña calma que no sabía que tenía y la cargó.

Para ese momento había llegado su momento favorito de la canción, así que como lo había planeado levantó el arma hasta que estuvo a la altura de su cabeza, justamente en su sien.

— ¡HEAVY! —.

Esperen, esa era la voz de su hermano.

Claro, había una pausa en la música antes de que terminara su canción.

Giró su rostro sin mover su mano derecha que sujetaba el arma en su cabeza y con su otra mano apagó la música sin dejar de sonreír.

Dee estaba parado en la puerta inmóvil con los ojos demasiado abierto (Tanto que Heavy podría reír), su mano sostenía el pomo de la puerta y su vista viajaba del arma a su hermano.

— Hola Dee — Saludó como normalmente lo hacía Heavy y luego cambió su expresión a una de confusión — Creí que llegarías más tarde, ¿Qué pasó? —.

— Heavy, baja eso — Cuando la voz del pelirrojo sacó de sus pensamientos al mayor, se atrevió a dar un paso con las manos extendidas.

— ¿Por qué lo haría?, Dee, no lo entiendes, esto es mi salvación — Le volvió a sonreír sintiendo su rostro húmedo. ¿Estaba llorando? Bueno, ¿Qué se le iba a hacer?.

— Heavy, por favor — Muy pocas veces Dee había suplicado en su vida -Tal vez nunca lo había hecho- pero en ese momento comenzó a sentir pánico al ver a su hermano menor en esa situación. Se veía roto.

— No te acerques — La voz del menor ahora sonó amarga deteniendo al rubio — De saber que así me harías caso, me hubiera apuntado con un arma desde hace mucho —.

— No lo hagas, Heavy, por favor — El rubio mentalmente revisó el horario de sus padres y papá no tardaría en llegar, sin embargo eso significaba que tal vez Heavy se dispara cuando escuche la puerta y puede que no sea muy listo el menor pero sabía que no podía entretenerlo mucho tiempo. Carajo, ¿Por qué pasaba eso? ¿No era un buen hermano mayor? Sabía que su familia no era perfecta, dios, ninguna la era.

El pelirrojo pareció titubear al ver a su hermano con los ojos vidriosos, ahora Dee se veía débil.

— Hev — Lo llamó por un viejo apodo que utilizaba en primer año — ¿Por qué? —.

Eso ayudaría a que ganara tiempo, con suerte Heavy contestaría honestamente y planearia algo mientras hablaba.

— ¿Por qué? — Algo parecido a una risa salió de la garganta del pelirrojo — Ni yo lo sé, Dee. He pasado los últimos dos años discutiendo conmigo mismo sobre esto y ya estoy harto, estoy harto de que siempre me vean como un inútil, que me traten como un niño con gran imaginación, que simplemente no me tomen en serio, ¡Estoy harto! — Hizo una pausa mirando triste a su hermano— Sólo quiero descansar, hermano —.

Dee sintió sus propias lágrimas saliendo sin permiso de sus ojos y negó con la cabeza.

— Puedo ayudarte, podemos ayudarte— Dió unos pasos más con cuidado distrayendo a contrario con sus palabras — No estás solo en esto, sólo debías hablar —.

— ¡Sigues sin entender! —La voz del menor se elevó con furia deteniendo nuevamente a Dee — ¡Claro que necesito ayuda! ¡Siempre quise ayuda! ¡Pero jamás quise pedirla! ¡Jamás quise que me repararan! ¡No quería hablar! —.

El silencio se apoderó de la habitación hasta que Heavy volvió a hablar.

— Quitarse la vida — Volvió a intentar reír — Que curiosa expresión pero ¿Quitársela a quién?, Una vez escuché en televisión que mi vida no es de mi propiedad —.

Con su mano ahora temblorosa bajó unos centímetros el arma alejándola de su cabeza bajando la mirada acuosa.

Dee observó esto con atención y rápidamente se acercó golpeando su mano para que soltara el arma al suelo que se disparó pero por suerte fue hacía la pared.

Cuando Heavy terminó de procesar eso, soltó a llorar más fuerte ocultando su rostro entre sus manos. El rubio volvió la vista hacía él y se sentó a su lado abrazándolo por los hombros protector, protegiéndolo de lo que le hacía mal, del mundo.

Estaba enterrado del ruido que hizo el arma así que esperaba que los vecinos o alguien viniera a revisar, sólo debía esperar.

Esperar y cuidar de su hermano.

El mundo ya le hizo bastante daño.








































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We're Not Gonna Take It.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora