Иди к чёрту, Ди.

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Advertencia.

Este capítulo contiene Yaoi e incesto, si no te gusta, no lo leas.

(Ahora pondré esta advertencia en capítulos así, por si acaso).

...

Lo único que podía hacer Heavy en esos momentos era colocarse los audífonos y perderse jugando con sus amigos, era un hábito que se le iba a quedar aún cuando ya tenía 17 años.

Lo hacía cada vez que algo andaba mal en casa o cada vez que quería evitar algo.

Y esa no era la excepción.

Hace unos minutos estaba cenando con su familia, sin embargo su madre tocó un tema que normalmente no se mencionaba, y para su suerte ese tema era dirigido hacía su hermano Dee.

-"¿Cómo vas con esa chica?" -.

Oh si, la famosa novia de Dee.

Detestaba ese tema, a pesar de que casi nunca lo escuchaba de los labios de sus padres, era el mismo Dee que hacía recordar su existencia.

-"Excelente, la amo" -.

En las mejillas de Dee apareció un color rojizo, muy leve aunque en su piel pálida se apreciaba perfectamente.

¿¡Desde cuando Dee es tan libre con sus sentimientos!?.

Creyó que estaba loco al ver eso, pero los rostros sorprendidos de sus padres eran reales. Glam sonrió más al saber que alguien capturó el corazón de su hijo por fin y Victoria comenzó con burlas hacía el rubio.

Mientras que Heavy se quedaba en silencio y dejaba de comer.

¿Por fin alguien había derretido el corazón de su hermano?.

¿Alguien lo había enamorado tanto?.

Al parecer si, alguien enamoró al chico que nunca pensó en el amor.

Y ese alguien no era él.

El pelirrojo se levantó de golpe de la mesa sorprendiendo a todos por la brusquedad, luego agradeció la comida como se le había enseñado y se retiro alegando no sentirse bien.

Al subir y encerrarse en su habitación, se colocó los audífonos para escaparse a su mundo de videojuegos pero antes de poder entrar a una jugada...

Se derrumbó.

Arrojó los audífonos a algún lugar de la habitación y se recargó en la puerta ocultando su rostro entre sus manos y dejando que su cabello le cubriera lo demás.

Antes de darse cuenta, sus manos ya se encontraban húmedas y en su rostro se retrataba una expresión de dolor.

Odiaba a Dee, lo odiaba tanto como lo amaba.

Hace un par de días el pelirrojo se preparó para poder hablarle a su hermano de frente y dejarle en claro todo lo que ocultaba su corazón. Muy pocas veces planeaba las cosas pero cuando lo hacía se aseguraba de no dejar cabos sueltos, así que encontró un día en que sus padres no estarían, su hermano estuviera en casa sin deberes y él pudiera acercarse.

Aunque fue más difícil el decírselo.

- ¿Dee? - Tocó la puerta de la habitación de su hermano abriéndola un poco.

- ¿Qué quieres? - La voz seria de Dee le causó un poco de pánico pero eso no le quitaría la valentía.

- ¿Puedo pasar? - A pesar de ya haber abierto un poco la puerta aún decidió preguntar.

We're Not Gonna Take It.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora