El jefe la sostiene pasando sus brazos por debajo de los brazos de ella, todo el odio que irradiaba se desvaneció al verla tan indefensa, frágil, como una niña.
— Hay que llevarla de vuelta al hospital. — Dijo mientras alzaba a Eva y todos asentimos, entrando todos en una desesperación porque le pueda pasar algo grave a ella en su interior o exterior.
El médico casi se le sale el alma de vernos con Eva entre los brazos del jefe, vino corriendo hasta nosotros y empezó a llamar a enfermeros y le pidió a una en particular que traiga una camilla.
Una de las enfermeras le trajo la camilla en un segundo.
El jefe apoyó suavemente en la camilla a Eva, quedó mirándola por unos segundos mientras ella aún tenía los párpados cerrados.La enfermera la llevó a la habitación de ella en la camilla, a su lado el doctor, donde él nos permitió entrar hasta que lleguen los demás enfermeros, luego nos retiraríamos.
Ella no reaccionaba, tenía una respiración suave, corta, casi que no la podías escuchar. Estaba tan débil, como una pluma que en cualquier momento podría desvanecerse, como la nieve que en cualquier momento podría derretirse, como un vidrio que en cualquier momento podría romperse.
Al llegar los enfermeros, el médico nos pidió que nos fuéramos de la habitación y lo hicimos, tenían que trabajar después de todo.
Caminamos hasta fuera del hospital sin atrevernos a romper el hielo, fuimos a la misma esquina en la que estábamos anteriormente y nos miramos, como si una mirada pudiera decir todo lo que quisiéramos, pero no, necesitábamos hablar, y nadie quería.
— H-hoy fue un día agotador... ¿no creen?. — Pregunta Jasper con una suavidad en su voz que no estaba sincronizado con el ambiente tenso que había.
— Sí, además de agotador fueron muchas sorpresas en poco tiempo. — Respondo. Lo miro al jefe sabiendo que aún podía haber oportunidad con respecto a la alianza.
Si hubiera alianza, no existiría amenaza, si no hay amenaza, no tendría que matarla, no tendrían que morir mis padres, todo dependía jodidamente de un hilo, en donde el jefe tiene la tijera para cortarlo o aceptarlo.
Me mira. — ¿Sorpresas?, ¿a qué te refieres?. — Se cruza de brazos.
— Alianza, ¿te suena?. — Pregunto entrecerrando los ojos, sonando notablemente sarcástica.
El jefe abre la boca para responder pero Thomas lo interrumpe. — No es la única sorpresa. — Thomas se lleva la atención de todos, dándole permiso a continuar, pero él tenía su mirada fija en el jefe.
El jefe se acerca a él. — Dime la otra.
A Thomas se le forma una pequeña sonrisa en su rostro, pero la acalló al instante mordiéndose el labio y poniéndose serio. — Como que... vas a visitarla a Jessie en este hospital.
El jefe abrió los ojos de par en par, sintiéndose incómodo ante la acusación de Thomas hacia él. Se puso firme y respondió. — Así que yo estaba en lo correcto, me estaban espiando. Joder, ni en los de mi propia mafia puedo confíar ahora.
— Nosotros tampoco podemos confiar de usted, ya que nos esconde demasiadas cosas. A tal punto que tenemos que espiar a nuestro propio jefe para saber qué esconde, eso significa que el que está haciendo las cosas mal... sos solamente vos. — Respondo mirándolo fijamente a los ojos, viendo como la intensidad de sus pupilas se agranda, su grisáceo empezaba a tornarse más oscuro, pero yo podía sentir como mis ojos verdosos empezaban a oscurecerse también ampliándose mis pupilas, no dejándose intimidar, y eso el jefe lo notó.
— Soy el jefe y para ser un jefe tenés que saber guardar secretos, tal y como lo hago yo. — Me responde sin desvíar la mirada de mí, dejándonos en una eterna lucha de miradas fijas por ver quién la desvía primero.
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Hermanos De La Mafia
ActionHola soy Lilith Smith, más conocida como Lucero, debo de contarles que mi vida es un poco aburrida, o eso parecía hasta mi cumpleaños 16, que todo empieza a cambiar, recuerdos llenan mi cabeza y corazón vacíos, encuentros aparecen, conozco personas...