"Saberse la biblia de memoria no te hace un santo.
Tener un nombre bíblico no te hace un buen ser humano.
Y peor, matar en el supuesto nombre de Dios no lo hace menos pecado".
El pueblo de Flagstaff Arizona no es el paraíso tranquilo que todos creen...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora que lo analizo, el verdadero día en el que mi vida tranquila se convirtió en un huracán fue el día 26 de Octubre.
Antes de esa noche, por días enteros llegué a creer que con Hiel podría tener mi paraíso.
Pero me equivoqué.
Los últimos días habían transcurrido con normalidad, mi atención estaba en la universidad aunque Hiel y yo siempre encontrábamos momentos para estar juntos, ya fuera para follar o simplemente disfrutar de la compañía del otro. Sabía que seguíamos sin tener algo formal, pero para mi, desde la noche en la que le admití que también lo quería, desde ese momento se sintió como que ahora si estábamos en algo parecido a una relación.
Ya no se trataba de follar y luego desaparecer, ahora nos quedábamos con el otro y nos decíamos "te quiero". Eso era un gran cambio para mi.
En estos días no había tenido contacto con ningún otro hermano, fuera de Novalee y Hiel realmente no había cruzado palabra con alguien más, estaba tranquila, y por momentos llegué a creer que todo ese misterio respecto a los Hagebak únicamente estaba en mi cabeza. Realmente me llegué a plantear que todo lo que creía saber o haber visto únicamente había sido producto de mi imaginación.
Yo ya estaba lista para dejar todo atrás.
Halloween estaba demasiado cerca.
Por todos lados podías ver las decoraciones "escalofriantes". Vecinos competían entre sí por el premio a la casa más espeluznante del año, pequeña tradición que el pueblo de Flagstaff tenía.
Mis padres quisieron unirse a la competencia, así que hace unos días nos pusimos a decorar la casa, aunque se supone que esto sería una competencia amistosa, mis padres ya estaban planeando aplastar a sus contrincantes.
Hoy era el día martes 23 de Octubre, este año el día 31 caía en día miércoles, por lo que las fiestas de Halloween se habían movido para este fin de semana. Novalee y yo habíamos quedado en ir a una fiesta de disfraces el día sábado, por lo que de momento estaba debatiéndome sobre qué disfraz usar.
—¿De qué te vas a disfrazar? —Le pregunto a Hiel que está acostado en mi cama leyendo un libro de matemáticas.
—¿Disfrazar? —Inquiere alzando su mirada para centrarse en mí que estoy frente a mi armario buscando algo que pueda usar para el sábado, no quiero gastar dinero en un disfraz que sólo usaré una noche.
—Si, para Halloween. —Le digo y él niega.
—Preciosa, no sé si lo sabes o no, pero técnicamente pertenezco al cristianismo. Yo no celebro Halloween.
Bufé, yo quería verlo disfrazado. —Suelo olvidar que eres un joven religioso, ya sabes, con eso de que te encanta fornicar. —Bromeo y él cierra su libro.
