XXXVII

8.2K 1K 893
                                    




XXXVII. "El zoológico entero".


No podía explicar cómo me sentía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




No podía explicar cómo me sentía.

Pero lo más cercano era avergonzada y decepcionada de mi misma.

Siempre he pensado que usar protección durante el sexo es de suma importancia, sin embargo había tenido relaciones sin protección con Horem. Y aunque estuviera cuidándome para no quedar embarazada, ¿qué me protegía de las enfermedades de transmisión sexual? Necesitaba crear más consciencia sobre ese tema y no dejarme llevar por mis placeres.

Muerdo mi labio inferior pensativa. La lluvia caía con menos intensidad y los primeros rayos del sol se asomaban en el horizonte. Estaba amaneciendo, las horas se habían ido volando.

—La lluvia terminó, hay que regresar a la cabaña con mis hermanos. —Horem me dirige la palabra por primera vez desde que terminamos.

Él sale de la vieja cabaña sin esperar mi respuesta, lo sigo porque ahora lo que más quería era regresar a mi casa. Fijo mi atención en la espalda de Horem, su ropa luce bastante arrugada y sucia. Miro mi propio vestido, es una imagen similar.

—Horem. —Lo llamo luego de aclararme la garganta. —Lo que pasó entre...

Él se detuvo. —No pasó nada. —Se volteó para mirarme. —No se lo diré a Hiel, si eso es lo que te preocupa. Puede que te odie, pero sigue siendo tu intimidad.

—Escucha... —Hablé pero me vi interrumpida.

—No pasó nada. —Repitió. —Ni volverá a pasar. —Sentenció con seguridad y siguió avanzando.

Sabiendo que no tenía caso intentar conversar con él guardé silencio.

Al parecer había corrido una larga distancia y ni siquiera lo sentí como tal.

Cuando finalmente logro ver la cabaña de los Hagebak algo en mi se revuelve al ver a Hiel sentado fuera, inclinado sosteniendo su cabeza con sus manos y a Huram junto a él descansando su mano sobre el hombro de su hermano como si le brindara apoyo.

Escuchan nuestros pasos acercándose y ambos levantan su vista hasta vernos. Hiel se levanta andando con rapidez, me abraza fuertemente pero yo no me atrevo a devolverle el abrazo.

—¿Dónde estabas? ¿Se puede saber qué pasó? Maldición Lærke, he estado tan preocupado. —Expresa en el momento que Huram le pregunta a su mellizo qué sucedió.

—La nueva vio algo que la tomó por sorpresa, no supo cómo procesarlo y salió corriendo al bosque. La seguí para evitar que algo le pasara, luego la lluvia comenzó a caer y decidí que lo mejor sería esperar en una de las cabañas abandonadas. En cuanto la lluvia se detuvo regresamos. —Respondió con total tranquilidad, resumiendo parte de lo que había sucedido.

HEBER  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora