XVIII

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XVIII. Pesadilla.



Despierto agitada.

Me siento de golpe y volteo para todos lados esperando encontrarme con alguna escena escalofriante, pero en su lugar me topo con que estoy en el cuarto de Hiel.

Mi cuerpo está desnudo, Hiel duerme plácidamente a mi lado vistiendo únicamente un bóxer gris. El reloj de la habitación marca las 6:30am... no entiendo nada, ¿todo había sido una pesadilla?

En un estado paranoico revisé mi teléfono buscando algo que mostrara que se me había caído en el bosque, ¡incluso revisé mis sandalias buscando que tuvieran tierra u hojas del bosque! Pero no había nada, todo estaba exactamente a como se había quedado antes de que me durmiera, incluso mi ropa seguía tirada en el suelo donde Hiel la había arrojado luego de quitármela.

¿Todo había sido una pesadilla?

Quizá me sentía así debido a que el sueño se había sentido bastante real, probablemente mi mente jugó en mi contra luego de que ayer por la mañana se creara un momento incómodo por la palabra "Eben-ezer", si, debía ser eso, además de que ayer hablé con Heber, mi cerebro debió juntar esa información para crear una pesadilla bastante oscura.

—¿Lærke? —La voz ronca de Hiel me sacó de mis perturbados pensamientos. —¿Qué mierda haces despierta tan temprano? Regresa tu trasero a la cama. —Lo miré sintiendo ganas de llorar, si todo había sido una pesadilla, ¿por qué me seguía sintiendo tan asustada? —Hey, ¿todo bien? —Probablemente debió notar mi estado inestable, pues rápido se levantó de la cama avanzando hasta llegar donde me hallaba parada, sostuvo mi rostro con sus suaves manos y yo asentí como respuesta a su pregunta.

—Tuve una pesadilla. —Confesé y él me abrazó pasando lentamente sus manos por mi espalda como si buscara tranquilizarme, o que su tacto me hiciera sentir que la pesadilla ya había terminado y que ahora estaba a salvo.

—Todos tenemos malos sueños, Lærke, pero te prometo que estás bien en este momento. Aquí, conmigo, nada va a pasarte, ¿de acuerdo?

Sus palabras fueron pronunciadas en un tono de voz dulce y claro. Me permití quedarme un momento acurrucada en su pecho, dejando ir los feos recuerdos de aquella pesadilla. Todo estaba bien, me repetí; todo estaba bien ahora.

Cuando lo creí necesario me aparté de él. Hiel besó mi mejilla antes de volver a hablar; —Aún tenemos un par de horas para seguir durmiendo, ¿por qué no regresamos a la cama? Puedes vestirte o quedarte así, como lo prefieras.

Oh, mierda, seguía desnuda. Fui y levanté mi ropa cambiándome rápidamente, Hiel se rió bajo, pero cuando terminé de cambiarme se volvió a acercar a mi, tomó mi mano y me guió de regreso a la cama, tal vez estaba exagerando, pero tenía miedo de volver a dormirme, no obstante, cuando Hiel se acurrucó en mi pecho abrazándome, me fue más fácil conciliar el sueño.

///

Hiel gime una última vez luego de obtener su orgasmo. Se toma un momento escondiendo su cara en la curva que une mi hombro izquierdo y mi cuello. Cuando ambos nos recomponemos me levanto un poco haciendo que salga de mi, pero no cambio de posición y me vuelvo a sentar en sus piernas.

—No tenemos que ir a esa caminata de mierda. —Sus manos que antes estaban en mi cintura se movieron hasta mi espalda. —Podemos quedarnos, pedir servicio a la habitación, y después seguir follando.

Negué. —No somos conejos, Hiel.

—Pero podríamos serlo. —Rodé los ojos.

Miré el reloj, eran las 9:20am, se supone que a las diez en punto tenemos que estar listos para ir a desayunar y después ir a la caminata hacia The Devil's Bridge.

HEBER  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora