XXV

9.5K 1.1K 1.2K
                                    



XXV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





XXV. Té, Chocolate y Café.




4 Años Atrás.

Marzo 23, 2014.

Flagstaff, Arizona.

Hanun H.

—Dejen que los muertos, entierren a sus propios muertos. —El pastor de la iglesia cita la Biblia. —Hermanos míos, no podemos poner la mano en el arado y mirar atrás. Nuestra vista siempre tiene que estar puesta en nuestro creador, de no ser así, nos hundiremos como Pedro en el mar.

»Sin importar la tempestad, las olas del embravecido mar, sin importar cuán grande creas que son tus problemas, recuerda que más grande es nuestro Dios. Pónganse de pie y hagamos una oración.

La congregación entera se levanta incluyendo a mi familia, la oración de diversas personas se escucha como un cuchicheo, nada se entiende a la perfección, pero deduces que están pidiendo por algún milagro o por perdón.

Hagar está a mi lado derecho, puedo escuchar su llanto tratando de ser ahogado. Sé que la situación le duele, y la entiendo, porque yo no solo tengo que cargar con mi dolor, también tengo que cargar con el dolor de mis cinco hermanos.

Heber está a mi lado izquierdo, a él no le gusta orar para pedirle favores a nuestro creador pues teme que más adelante se los cobrará. Heber solo ora para pedir perdón.

Alzo mi brazo izquierdo colocando mi mano sobre su hombro, en medio de la oración, sin decir nada, sólo añoro hacerle saber que estoy aquí para apoyarlo. Él se tensa al instante, pero termina por relajarse y yo solo aparto la mano hasta que la oración termina y entre las paredes de la iglesia hace eco la palabra "amén".

Abro los ojos y le echo un rápido vistazo a mis hermanos y a mi padre, por primera vez no habíamos asistido de blanco a la iglesia; todos íbamos de negro.

Actualidad

Agosto 8, 2018.

Flagstaff, Arizona.

Lærke

Me siento en el césped del área recreativa establecida para el barrio donde mi casa se encontraba. Novalee está sentada frente a mi cruzada de piernas mientras que Dax corre libre por el amplio espacio.

—¿Pero Hagar si está bien? —Me pregunta para asegurarse. Ya se lo había dicho, pero supongo que no es lo mismo decirlo a través de mensaje de texto que decirlo cara a cara.

—Si, está bien. —Al menos eso era lo que yo creía. No había vuelto a hablar con Hagar desde la mañana del sábado.

Novalee asiente comenzando a arrancar el césped. —Brent no ha visto al infeliz de Noah. —La miro confundida.

HEBER  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora