XLV

7.2K 966 1.3K
                                    






XLV. "Séptimo."




Novalee M.

¿Estoy convirtiéndome en una loca exagerada?

Porque así me siento luego de haber seguido a Hiel Hagebak solo para que este terminara yendo a la casa de mi vecina.

Sentí que quedé como payasa.

Quizá me había equivocado con Hiel, pero a mi nadie me sacaba de la cabeza que algo extraño estaba sucediendo, ¿pero qué era exactamente ese algo?

Me encierro en mi recámara y cada cierto tiempo espío por la ventana esperando ver a qué hora sale Hiel de la casa de los Díaz.

Dax está echado en mi cama, durmiendo sobre mi colchón como si no tuviera una propia cama que me costó más de cien dólares. Perro mal agradecido.

Agarro mi teléfono e insisto en llamarle a Lærke y mandarle más mensajes, pero sigo sin obtener respuesta. No debió pasar más de una hora cuando Hiel sale de la casa de Fernanda, se sube a su coche y se va.

No quiero hacerme más películas en mi cabeza, pero reparo en que antes de Lærke, ningún Hagebak se había parado por este vecindario.

Martes, Octubre 30, 2018.

Hoy me levanté con más esperanzas que ayer, a lo mejor hoy si tendría señales de Lærke, o mínimo de sus padres.

Asistí a la universidad como normalmente lo haría, pero cuando finalizaron mis clases me fui directamente a la casa de mi amiga europea.

Los vehículos seguían estacionados como si no se hubieran movido en lo absoluto, ¿no se supone que debían estar trabajando? Cada vez confiaba más en que quizás la familia se había ido de viaje sorpresa.

Aún así insistí en tocar el timbre, al momento de acercarme a la puerta principal noté que no estaba bien cerrada. Extraño, ayer que vine no estaba así.

Empujé la puerta y esta se abrió por completo mostrándome el pasillo vacío de la casa de los Buckhøj.

—¿Hola? —Llamé alto. —¿Lærke? ¿Señores Buckhøj?

No obtuve contestación, con pasos cautelosos avancé adentrándome más en la casa, si estaba vacía, probablemente podría encontrar algo que me diera una pista del paradero de Lærke y su familia.

Todo estaba perfectamente limpio y vacío, la cocina no tenía ni un traste sucio y la sala estaba perfectamente ordenada. En el primer piso no había nada, así que pensé que sería mejor idea buscar en el cuarto de mi amiga.

Estaba por subir las escaleras cuando reparé en una puerta en el primer piso, específicamente la de la habitación de los padres de Lærke, y por debajo de esta un líquido carmesí salía.

Mi pecho se apretó, mi garganta se secó y si soy honesta me sentí enferma. Temblando me acerqué a esa puerta, mis ojos se estaban llenando de lágrimas porque temía por lo que estaba por ver.

Giré el pomo de la puerta, mi mentón temblaba, mis manos también lo hacía, en realidad toda yo estaba temblando.

Un sollozo brotó de mi garganta cuando abrí la puerta y me encontré ante tan desgarradora y cruel escena.

Grité llorando, ¿qué clase de horrible mundo es este?

///

Hagar H.

Veníamos llegando a nuestra casa luego de la universidad, estábamos bajando de la camioneta cuando mis hermanos y yo escuchamos un grito de dolor el cual provenía de la casa de los Buckhøj.

HEBER  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora