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XXX. Primer Día.


"Y si hablamos de religión, ella entraría en mi definición

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"Y si hablamos de religión, ella entraría en mi definición.
¿Para qué seguir a un Dios al que no veo, cuando puedo servir y adorar a ella que la siento?
Si quieres que hablemos de religión, permíteme que te presente a quien inspira mi devoción."

-HEBER.


Mi primer día de universidad era algo que había estado anticipando desde antes de saber lo que esa palabra significaba.

En mi mente de niña, me imaginaba que cuando llegara a ese punto de mi vida ya sería lo suficiente grande como para tener mi futuro resuelto sin la menor de las preocupaciones. Me veía ingresando a la facultad, sabiendo que todo estaba y estaría bien.

Mi imaginación de pequeña estaba bastante alejada de la realidad.

Hoy era mi primer día de universidad; estaba estresada, con preocupaciones sobre mi salud y sin mencionar lo incierto que lucía mi futuro en este momento.

—¿Segura que no quieres que te llevemos? —Mi padre Dante entra sin previo aviso a mi habitación, lo que causa que me sobresalte y deje caer el libro que estaba por meter a mi mochila. —Lo siento, no pretendí asustarte. —Se disculpa mientras yo me agacho a recoger el libro de introducción a psicología.

—Descuida, estoy un poco nerviosa. —Le hago saber antes de girarme a mirarlo. —Novalee vendrá por mi, ya se los había dicho. —Le recuerdo.

—Pudiste haber cambiado de opinión. —Se encoge de hombros. —Ven a desayunar, tu papá hizo tus panqueques favoritos.

—En un momento bajo. —Repliqué y él me sonrió previo a marcharse.

Terminé de acomodar mi mochila, hoy sólo tenía tres clases. Cuando me aseguré de tener todo me miré en el espejo, mi atuendo era algo simple; una falda tableada negra con una blusa blanca. Mi cabello estaba atado y como era de esperarse no podían faltar mis converse blancos.

Tomé mi mochila y bajé, al llegar a la cocina mis padres ya estaban desayunando pues ellos también tenían que ir a trabajar. Compartimos el desayuno como siempre lo hacíamos, charlando de temas variados y concluyendo con la nostalgia de verme en mi primer día de universidad.

Luego de desayunar volví a subir para lavar mis dientes, al terminar escuché el claxon del jeep que Novalee manejaba. Tomé mi mochila que había dejado sobre el sillón de la sala, no me sorprendió ver a mis padres afuera sosteniendo una cámara y a Novalee fuera de su vehículo claramente debido a que alguno de mis padres se lo había pedido.

—Necesitamos enmarcar este momento tan importante. —Mi papá Alexander dice. —Ahora abrásense y sonrían.

Novalee y yo no discutimos la orden, pues sabemos que aunque nos opongamos mis padres no nos harán caso. Así que Novalee y yo nos abrazamos y sonreímos mientras se escucha el "click" de la cámara.

HEBER  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora