Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
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Llegue bastante temprano a la universidad así que espero recargada sobre la pared al lado de la puerta del edificio. Abril y Marlina seguramente estén por llegar.
Tarareo una canción mientras observo la galería de mi cámara.
Había dormido mal, nuevamente. Seguía sin acostumbrarme de todo a los ruidos del bosque. Así que seguramente me veía como una mapache por las ojeras que no logré tapar del todo con maquillaje.
Levanto la vista de la cámara y observo a mi alrededor hasta que lo veo, y seguido él me ve a mí. Bajo la mirada rápidamente pero cuando me fijo si Owen dejo de verme, noto como se acerca caminado hacia mí.
Me enderezo nerviosa, bajo la mirada al suelo nuevamente y cuando la levanto ya él se encuentra en frente mío.
—Hola, Kyla.
—Hola—susurro.
Había dejado de tener ese miedo e inseguridad por él. Había tenido la gran oportunidad de hacerme algo aquella noche y no la provecho, al contrario solo se encargó de ayudarme amablemente. Así que comprendí que él no es de esos tipos, por eso deje de ponerme recelosa ante él. Pero ahora no se porque actuaba con nerviosismo, tal vez por el hecho de que sea mayor y lindo... No sé qué estoy diciendo la verdad.
—Quería preguntarte... Tal vez esto te suene raro pero...
—¿Si?
—A pesar del mal momento en que nos conocimos, me caíste bien y quería preguntarte si estás libre este jueves.
Entreabro mis labios, sorprendida. Porque sin duda no me la vi venir.
Me queda mirando, esperando a por mi respuesta, así que termino asintiendo.
—Si lo estoy.
—¿Qué te parece que nos reencontremos acá a la salida cuando termines tus clases y después vamos por algo de comer?
—Está bien, sí—sonrío.
Él me devuelve la sonrisa, que lo único que logra es ponerme más nerviosa.
Mis amigas llegan a mi lado y lo miran con curiosidad.
—Después nos vemos—se despide.
Asiento y él se da la vuelta para volver con el grupo en el que estaba hablando.
—Oh por Dios—susurra Abril casi con la boca abierta.
—¡No mentías cuando se trataba de él la otra noche!—me codea Marlina.
—Y si, ¿por qué iba a mentir?—frunzo el ceño y después muerdo mi labio— Me dijo de ir por algo de comer el jueves después de que salga de clases.
Abril me toma por los hombros.
—Ese chico lindo te acaba de invitar a salir, ¿lo sabes, no?
