Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
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Me le quedo mirando. Sin decir nada... porque me dejó sin palabras.
Al no tener respuesta de mi parte, él me da una sonrisa que me parece carente de emoción, diría que vacía, y sigue con la herida.
Tardo mucho en reaccionar, pero tomo su rostro, sin detenerme a pensar que lo estaba realmente haciendo, y le giro la cara para que me mire.
—Eso fue lindo—susurro, bastante sorprendida.
Sonríe, esta vez bien, y se muerde el labio inferior, frunciendo un poco la nariz.
—Es lo que sentí... y siento.
—¿Cómo es eso posible si nos acabamos de conocer?—le pregunto un tanto confundida.
—Para un lobo es normal sentir tanto apenas ve por primera vez a su...—no sigue pero sé a que se refiere.
—¿A su compañero? ¿Por eso crees que nosotros podríamos estar destinados?
Asiente levemente.
—¿Cómo dos lobos saben que tienen el lazo?—pregunto.
Cierra el pomo de crema y se lava las manos para quitar en resto de sus dedos.
—Al verse por primera vez deberían sentir una conexión entre ellos, así más que nada se sabe al instante.
—¿Y que pasa conmigo? ¿Con nosotros?
Apoya sus manos a cada lado de mi cuerpo, sobre el lavabo.
—Al ser mitad loba, no podemos. Para sentir realmente el lazo, deberías ser completamente una.
—¿Estaría en forma lobuna todo el tiempo?—pregunto con un poco de nervios.
No sé si me agradaría la idea de renunciar a ser humana para ser siempre una loba en ese caso.
—Serias como yo, te transformarías cuando quisieras. Lo que sí es que no serías la misma, tus sentidos cambiarían completamente—me aclara—. De seguro, ahora tenes alguna que otra cualidad gracias a los genes de tu progenitor licántropo; correr y sanar algo rápido, tener mejor audición y vista. Son cosas que un humano corriente no tiene, pero aún así no alcanza el mismo nivel que los lobos completos. ¿Se entiende?
—Si, creo... O sea que si yo sería completamente una licántropo, todas esas cualidades aumentarían.
—Exacto—hace una pausa—. Volviendo a lo otro. Siendo solamente loba, podrías sentir el lazo. En cambio ahora, tenes los sentimientos típicos de un humano. Por eso podes sentir cosas por Owen, aunque hayas conocido a tu compañero.
Eso último capta totalmente mi atención.
—Si yo me transformaría, ¿mis sentimientos a Owen desaparecerán?
—Es lo más probable—dice lentamente.
—Ah...—agacho la mirada y me quedo pensando en esa posibilidad.
