Capitulo 40

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Ryan Howard

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Ryan Howard

Subo el cierre de mi pantalón mientras apoyo la toalla algo húmeda sobre mi hombro, recién termino de salir de la ducha. Camino hasta plantarme frente al espejo y empiezo a tomar lo necesario para afeitarme la barba crecida de hace unos días.

Hace unas pocas horas mi estado de ánimo bajo horriblemente. Raro porque jamás paso por esa situaciones, aunque sé que algunos si, pero no en mi caso.

No es como si estuviera feliz y de repente pase a estar deprimido, no.

Me encontraba comiendo. Aburrido como vengo hace una semana. Y cuando fui a lavar las cosas que usé para cocinar, de repente me sentí... No sé cómo explicar, es raro de decir con palabras. Como si cada célula de mi cuerpo estaría cansada, como si cada órgano mío estaría sin ganas de seguir funcionando. Me siento apagado, como si mi alma no se encontrara dentro mío.

Creí que con una ducha se me pasaría. Ahora confirmo que no.

Me veo al espejo y dejo de hacer lo que estaba haciendo, frunzo el ceño cuando un sentimiento de miedo me invade.

—Algo no está yendo bien—murmuro.

Lo pienso un segundo y después voy a vestirme rápidamente. Tomo mi celular, las llaves y salgo de la cabaña para irme directamente a mi casa.

Algo no anda bien, lo presiento, y necesito asegurarme que son todas paranoias mías.

Comienzo a caminar por el bosque cuando escucho la melodía de mi teléfono y lo siento vibrar en mi bolsillo trasero. Lo tomo y leo el nombre de Bryce.

—Hermano—digo apenas atiendo—. Estoy yen...

—Ryan, algo malo paso—dejo de caminar—. Alguien rompió el hechizo que protegía a la casa, no estábamos en casa y ahora Kyla desapareció.

El aire desaparece de mis pulmones al escuchar lo ultimo.

Kyla desapareció.

Lo escucho seguir hablándome del otro lado de la línea pero solamente corto la llamada y comienzo a correr con toda mi fuerza hacia la casa.

«Por favor, que todo esto sea una jodida broma. Que sea todo planeado por ellos. Que Kyla esté sana y salva en mi casa, rodeada de mi familia» ruego internamente y deseo que mis palabras se cumplan.

No tardo mucho en llegar a la casa. Abro la puerta y todos se sobresaltan pero se vuelven a relajar al verme. Paso mis ojos por todo el lugar. Están papá y mamá, Bryce y Amy. No está Kyla.

—¿Que carajos sucedió?—pregunto como puedo porque un nudo se acaba de instalar en mi garganta.

Todos evitan mi mirada, pero solo mi hermano me contesta con un poco de disculpas reflejado en sus ojos.

Lazos Peligrosos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora