Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
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Termino el último tramo de bosque que me queda y salgo, quedando en el patio trasero de la casa Howard. Bryce y Amy, quienes están sentados en los escalones de la puerta trasera, se levantan al verme y se acercan a mí preocupados.
—Ryan... Dos lobos...—toso y me desespero por la falta de aire en mis pulmones.
—Éntrala a la casa—dice Bryce y me rodea para adentrarse al bosque.
—Pero...—intenta replicar Amelie y veo la preocupación en sus ojos.
—¡Hazlo, por favor!—es lo ultimo que grita.
Amy me toma de los hombros y me lleva adentro de la casa. Mi cuerpo tiembla bajo sus manos. Nos topamos con Taylor y Melanny que se encuentran sentados en el sillón viendo algo en el televisor. Levantan sus cabezas asustados apenas me notan.
La señora Howard intenta decirme algo pero no la escucho, a nadie escucho. Solo a mis latidos desenfrenados.
Miedo y preocupación es lo que me ataca interiormente. ¿Y si hirieron a Ryan antes de que llegue Bryce?
Soy arrastrada hasta el sillón donde me sientan. Amy me rodea con sus brazos y hace que apoye mi cabeza en su hombro. No respondo a mi cuerpo, así que me muevo como si fuese un maniquí controlado por ellos.
Sigo temblando y recordando la imagen de aquellos lobos que se veían súper enojados, como se acercaban a mi gruñéndome y como Ryan apareció enfrentándose a ellos, él solo.
Llevo mi mano al pecho por instinto y froto esa zona sobre la tela de mi remera.
No sé cuanto tiempo estoy en la misma posición, temblando e imaginándome miles de escenarios horribles.
De repente es como si mi sentido auditivo volviera porque me levanto de golpe al sentir el ruido de la puerta trasera abriéndose. Bryce aparece rodeando la cintura de Ryan. Cuando los ojos del chico oscuro recaen en mí, se aparta de su hermano y da dos pasos al frente. Ni siquiera me detengo a pensarlo un segundo y salgo corriendo hacia él que ya me está esperando con los brazos abiertos. Le rodeo su cintura descubierta ya que se encuentra sin remera y lo aprieto fuerte contra mi, como si deseara que no se me despegara nunca. Él hace lo mismo conmigo.
—¿Qué sucedió?—escucho la voz suave de Melanny.
Me separo del pecho de Ryan y este me toma la cara delicadamente con sus manos y arrastra sus pulgares por mi mejillas; limpiando el rastro de lágrimas que no me enteré que derrame.
—Entre al bosque en busca de Owen, quería hablar con él—empiezo sin dejar de mirarlo o separarme de Ryan—. Escuche ruido a mi espalda y creí que era él pero al voltearme me encontré con un lobo blanco que me gruñía y se acercaba a mí. Después se acerco uno marrón. Apareció Ryan antes de que me suceda algo y me pidió que corra e hice lo que me dijo.
