Capitulo 6

560 45 2
                                    

Tomo las llaves y camino hasta el supermercado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tomo las llaves y camino hasta el supermercado. Hace una semana no voy y morire de hambre si sigo así, no tengo nada en casa. Pero el trabajo, la escuela y alguna que otra salida que tuve con Owen o con mis amigas, siempre me hacían olvidar ir. Ya no puedo extenderlo más, ya tengo que ir.

Camino por cada calle y saludo a las pocas personas que se cruzan en mi camino. Algunos los conozco de vista, otros simplemente nos saludamos por cordialidad. Eso es algo bueno que tiene Mason Hill, las personas son súper amables, al menos la mayoría.

Por suerte son unas pocas cuadras y llego rápido a mi destino. Cruzo las puertas corredizas automáticas y tomo un carrito de supermercado. En realidad no lo necesito, solo voy a tomar unas pocas cosas que bien podría llevarlas en la mano, pero mi lado infantil ama recorrer todo los pasillos con él mientras me cuelgo.

Voy pasillo por pasillo y tomo algunas cosas que tengo escrito en el papel donde me anote lo que tengo que comprar, tengo peor memoria que Dory. No me alcanza los dedos para contar las veces que fui a un supermercado y volví con las manos vacías porque no sabía a que iba a comprar.

—Papel fotográfico...—susurro mirando para todos lados, intentando suponer dónde podrían estar.

Con suerte logre ahorrar para ellos. Lo poco que tenia se me acabaron hace días y creí que no iba a poder comprar después de meses. El miércoles pasado, tuve que hacer el turno de una de mis compañeras, así doblando mis horas de trabajo. Eso me ayudó demasiado a poder llegar a tener el dinero para comprar, junto con un poco de ahorro que tenía.

Estoy a punto de rendirme cuando veo a un chico al lado de un carrito lleno de mercadería. Tal vez él sabría decirme donde está lo que busco.

—Hola, ¿sabes en qué pasillo se encuentran los papeles fotográficos?

El chico se da la vuelta y antes de contestarme la pregunta me mira de arriba a bajo, cosa que también tomo la oportunidad de hacer. Su vestimenta es toda negra, al igual que su cabello; haciendo un fuerte contraste con su piel pálida. Lleva una chaqueta de cuero junto con unos lentes de sol.

¿Nadie le dijo que acá dentro no necesita utilizarlos? Me encojo de hombros mentalmente, tampoco es que pueda decirle que usar y que no; es su vida.

Su sonrisa ladeada me hace arquear una ceja.

—Pasillo ocho—su tono de voz es grave y ronco.

Linda voz, chico oscuro...

—Gracias—le sonrío y muevo el carrito para ir al pasillo que me dijo.

Doblando puedo ver de reojo como me sigue con la mirada, con esa sonrisa que me dió desde un principio; una linda por cierto.

Aunque no lo vi demasiado por sus lentes, admito que era muy atractivo. Uno de mis tantos amores de supermercado, aquellos chicos que no me vuelvo a cruzar nunca más en la vida. Pero ahora que me pongo a pensar, el pueblo es chico, tal vez si vuelva a encontrármelo en otra oportunidad.

Llego al pasillo ocho y rápidamente encuentro el papel. Hay, con suerte, dos marcas, pero agarro el paquete más económico.

Reviso la lista y sonrío al ver que ya tengo todo. Me voy hasta la caja y luego de hacer la fila, termino pagando y agarro las bolsas para salir del lugar.

Vuelvo a reencontrarme con chico del supermercado. Esta recargado sobre un auto y cuando me nota, sonríe y se endereza para caminar hasta mí, creo...

Volteo para los lados. No quiero quedar como una ridícula esperando hasta que llegue a mí cuando en realidad estaba yendo hacia otra persona. Solo que soy yo quien se encuentra en la vereda, además de él.

—¿Lo encontraste?—me pregunta una vez que se encuentra en frente mío.

Le sonrío y asiento.

—Soy Kyla, por cierto—estiro mi mano.

—Lindo nombre—susurra—. Soy Ryan.

Acepta mi mano y no puedo evitar prestar atención a la especie de electricidad que siento recorriéndome por todo el cuerpo cuando su mano extremadamente cálida toca la mía.

Supongo que algo parecido le sucedió porque él al igual que yo, no podemos cortar la conexión de nuestras manos por lo sorprendido que nos encontramos.

—Ryan, ya vámonos, no pienso esperar una eternidad por vos.

El llamado nos hace volver a la realidad y separarnos. Miro en otra dirección para intentar ocultar mi sonrojo.

—Ya voy, ¿si?

Levanto la mirada y noto como le habla a un chico, uno más grande que él. Este pone los ojos en blanco y se da la vuelta para subirse al auto negro estacionado.

Ryan voltea a mí y siento mis mejillas arder más. Él por su parte sonríe un tanto arrogante y divertido.

—Espero volver a verte, Kyla—dicho eso, se da la vuelta y entra al auto.

Yo me quedo en mi lugar, estática por lo que acababa de pasar. Escucho el ruido del motor y veo como dan la vuelta en la esquina.

—¿Qué carajos fue eso?—susurro para mí misma, haciendo referencia a esa electricidad que sentí al tocarlo.

Muevo la cabeza, en un intento de despertar de aquel trance en el que me dejo ese chico pelinegro. Suspiro fuerte y hago mi camino a casa.

Caminando, varias veces tuve que voltearme porque sentía ese presentimiento de que estaban observándome, pero jamás me encontré con alguien. Supongo que son ideas mías porque cada vez que iba haciendo más cuadras, menos sentía ese sentimiento.

Mi teléfono suena y lo saco de mi bolsillo trasero. Haciendo maniobras para agarrar bien las bolsas con una sola mano.

—¿Si?—pregunto una vez que contesto la llamada. Como estupida no me fije quien era.

—¿Estás libre hoy a la noche?—sonrío al escuchar la voz de Owen.

—Hola, ¿no?—niego con la cabeza y me muerdo el labio, aunque no me ve— Si, estoy libre, ¿por?

Paso a buscarte a las siete y vamos a comer a mi casa, ¿te parece?

—Mmm si, ok.

—Perfecto, después nos vemos, linda—termina la llamada antes de que pueda decir algo.

Linda... Sonrío.

 Sonrío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lazos Peligrosos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora