Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoy a la mañana habíamos despedido a Ivy que se volvía a su propio pueblo.
El día de ayer, el resto de la noche, habíamos "festejado" porque yo había podido evitar la muerte. Idea de Amy, por supuesto.
Ahora mismo, entro a la oficina porque hay reunión. Ya me esperaban allí todos los Howard. Me siento al lado del Ryan en el sillón largo.
—¿Qué sucedió?—pregunto.
Melanny que se encuentra sobre el apoya brazo del asiento donde está Taylor, es la primera en hablar:
—Sabemos algunos de los nombres de las personas que te secuestraron. Creíamos que querías saber.
Asentí sin dudarlo. No conozco a tantos en el pueblo así que dudaba que sus nombres me sorprendieran pero quería saber de todos modos.
—Bueno—se aclara la garganta Taylor para empezar él—. Como todos sabemos, alguien quito el hechizo de la casa puesto por Ivy, así que un brujo o una bruja tuvo que estar involucrada en eso. No tenemos a alguien en realidad, pero Ivy se encargará de averiguarlo y hacernos saber.
Taylor mira a su hijo mayor, Bryce, que se encuentra sentado en una silla frente al escritorio y teniendo a Amy en su regazo.
—Lo que si, tenemos a un hombre—dice este—. Cincuenta y un años, morocho, completamente pelado, algo robusto de cuerpo, y con unas cuantas arrugas en su rostro, en especial cerca de sus ojos, son las que más llaman la atención.
Siento mi mandíbula chocar contra el suelo y mi corazón saltarse un latido. Por como me lo describe a ese hombre, aunque no se lo puede llamar "hombre" en realidad, es el que tenía el puto deseo de tocarme. Es aquel asqueroso viejo.
—¿Cómo se llama?
Veo como todos ellos se miran entre sí. No sé qué expresión tengo en el rostro para que se vean así de confundidos.
—Lucius Hamilt. Tenemos fotos de él por si queres ase...
Me levanto antes de que terminara de hablar.
—Quiero ver.
—¿Ky?—ignoro el llamado de Ryan mientras me acerco a su padre quien teclea en la computadora.
Como sospechaba; es él. Cierro los ojos a la vez que siento mi cuerpo estremecerse al sentir sus horribles manos sobre mí y ver su asquerosa cara mirándome con deseo.
Una mano se posa sobre mi hombro, haciendo que vuelva a la realidad. Al girar un poco la cabeza veo que se trata del chico oscuro.
—Si—digo volviéndome a la pantalla—, él es uno de los que me secuestró.
—Ey—me giro hacia Ryan—, ¿que sucede? ¿Él te hizo algo?—hizo una pausa para esperar mi respuesta la cual no llego, así que siguió:— ¿Él fue quien te hizo las marcas en tu cuerpo?
