Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
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La puerta de la habitación es abierta fuertemente haciendo que choque contra la pared y provocando que me despierte sobresaltada.
Chillo cuando un peso cae sobre mi espalda.
—¡Por fin le dijiste tus sentimientos, mujer!
—¡Amy! ¡Estaba durmiendo!—grito malhumorada e intento sacarla de encima mío pero la muy jodida tiene fuerza.
—¡Me importa una mierda! Hay que festejar a lo grande—sigue gritando haciendo que mis oídos duelan.
—¿Festejar? ¿Estas loca? Ni que fuera tanto.
—Oh, por todos los lobos, brujos, duendes...
—Espera—la interrumpo y levanto un poco la cabeza, intentando verla de reojo—, ¿también existen los duendes?
Se encoge de hombros.
—Nunca vi uno ni oí de alguien que lo hicieran. Pero si existimos nosotros, ¿por qué no ellos? Siguiendo con lo otro. ¡Celebremos!—vuelve a gritar en mi oído.
Gruño y con toda la fuerza que reúno, la tumbo en la cama logrando que salga de arriba mío y pase a ser yo la que se encuentra arriba de la otra.
—Oh.
—Por.
—Dios.
Volteamos a la puerta abierta para ver a los dueños de aquellas voces. Bryce y Ryan están en el marco de la puerta con las bocas abiertas.
Amy enrosca sus manos en mi cuello y tira de mí haciendo que deje de estar apoyada sobre mis manos y todo mi peso caiga en ella.
—Atrapadas—dice con una sonrisa—. Algún día se tenían que enterar de nuestra relación de amantes, Kyla.
—Debería sentirme enojado por el hecho de que ayer se me acabó de confesar y hoy las encuentro así—oigo a Ryan y me sonrojo al oírlo hablar tan abiertamente de mi confesión—. Pero ahora mismo lo que menos estoy es enojado.
Bryce le pega un golpe en la cabeza y lo fulmina con la mirada.
—Cuidado con mi novia, imbecil.
—Ehh—se queja y alza las manos—. Yo solo estoy sorprendido, entre otras cosas, por la actitud de Kyla. ¿Vos viste como la tumbó y se le puso arriba? Uf. ¿Cuándo vas a probarlo conmigo?
Estoy segura que estoy toda roja y me lo confirma la risa de Amy.
—Ryan—digo su nombre entre dientes cuando salgo de arriba de ella.
El nombrado viene con una sonrisa enorme hasta donde me encuentro y toma mi mentón para besarme de una forma muy...
