Capitulo 42

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Ryan aparece rápidamente después del grito que le había pegado Owen

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Ryan aparece rápidamente después del grito que le había pegado Owen.

Sé que no apareció solo, hay varias personas más, supongo su familia.

Mis oídos pitan horriblemente. Y aunque mantenga los ojos abiertos no puede ver nada claramente, es como si no pudiera enfocar mi vista.

—Tráiganla a la cama—oigo decir a alguien en voz alta y aunque no puedo identificar quién dijo eso, sé que se trata de una mujer.

Alguien me carga, como ordenó, y me lleva hasta dejarme tendida en la cama.

Una persona se pone a mi lado y la oigo susurrar palabras que no entiendo. Tal vez el que no escuche claramente es lo que me dificulta al entender, pero es algo más... como si estuviera hablando en otro idioma.

Me esfuerzo en ver de quien se trata y mi vista cede un poco dejándome ver a una mujer castaña y con el tono de piel oscura, como bronceada. Tiene los ojos cerrados y las palmas extendidas sobre mi cuerpo.

Me empiezo a mover para intentar alejarme de ella. No sé quién es, no sé que está haciendo, ni porque susurra esas palabras.

—Que alguien la sostenga y tranquilice—dice ella sin abrir los ojos, y retoma las palabras raras.

Me toman por los hombros y me sobresalto por el miedo, pero me calmo un poco cuando veo que quien me agarra es Ryan. Empuja mi espalda para que quede totalmente acostada.

—Tranquila. Ella es Ivy, mi tía, y es una bruja. Es quien nos ayudó a encontrarte—me explica con dulzura—. Y ahora está intentando ver que te sucede. Vos quédate tranquila y relájate, ¿si?, así ella puede hacer lo suyo.

Asiento y no despego los ojos de los de Ryan. Si lo hago siento que podría desesperarme nuevamente, así que me aferro a él para poder tranquilizarme.

El malestar no se fue, se calmo, pero no se fue. Al igual que la vista borrosa, el ruido en mis oídos, el dolor de cabeza, la quemazón en la garganta; todo eso disminuyó pero no desapareció.

No sé cuántos minutos pasan hasta que la oigo hablar:

—Está muy grave.

Ahí es cuando la vuelvo a ver. Sus ojos conectan con los míos, tiene una mirada entre cálida y fría, de un color miel.

—La envenenaron y no con cualquier cosa. Debe de ser una especie de planta o simplemente líquido que afecta bastante. Su parte licántropo ayuda a que en estos mismos instantes no esté muerta. Pero aún así ese veneno trabaja muy rápido.

Recuerdo que aquella mujer pelinegra me clavó una aguja con un líquido negro que dolió mucho cuando entró.

—¿Tenes o podes hacer algo para que pare?—le pregunta Owen.

—Acabo de hacer un hechizo para que el dolor disminuya, tal vez con algunas especies puedo hacer que se retrase. Pero, ¿qué pare?—niega con la cabeza—. No creo que pueda haber algo por hacer. Aquel veneno que le inyectaron esta matándola, muy rápido.

Lazos Peligrosos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora