Capitulo 54

261 17 0
                                    

Abro la puerta de mi habitación y me detengo al verla despierta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abro la puerta de mi habitación y me detengo al verla despierta.

—Te traje este té—digo en voz baja mientras me acerco a la cama.

Por su rostro y ojos hinchados debió de haberse despertado recién. Aunque noventa y cinco porciento de hinchazón era por haber llorado horas seguidas.

—Gracias—su voz suena pastosa, más bien ronca.

Se lo doy y da un sorbo. Cuando traga me da una pequeña sonrisa.

—Le pusiste miel.

—Sé que te gusta así—acaricio su brazo—. ¿Queres hablar? Debo contarte todo el tema este, pero quiero hacerlo cuando vos te sientas lista. No quiero presionarte.

—Lo sé. Ella se encargó de contarme lo que estaba pasando—baja la mirada y se queda en silencio por un buen tiempo—. Aunque, cuéntamelo, tal vez se salto algún detalle del chisme, ¿eh?—sonrío un poco ante su intento fallido de broma.

Tomándome un poco de tiempo, le cuento todo. Desde que llegue hasta ahora. Como me topé con la familia Howard, como me enteré de lo que soy y lo que me esperaba por una predicción hecha por una bruja hace años.

—Debería habérselos dicho desde un principio. Pero una parte mía tenía miedo que me traten de loca o que se asusten y se alejen. Y ya después... tuve miedo de incluirlas a este mundo y que les suceda algo malo por mi culpa. Aunque... paso de todas formas.

—Deja de culparte por eso, Kyla. Nos lo digas o no, ya paso y no fue por tu culpa. Vos no fuiste la que me secuestro y básicamente estaba dispuesta a dejar que me maten—lo dice con algo de rencor lo ultimo—. Si no hubiese sido por vos, que te ofreciste en mi lugar... Aunque fue muy estupido de tu parte, eh.

Suelto una pequeña risa por su reproche.

—No te juzgo por la decisión que tomaste, te admiro un poco por el valor que tuviste. Además sé que fue con la mejor intención, no como ella...—se queda en silencio por un rato y después murmura:— Yo estaba enamorada de Abril.

Entreabro los labios, sorprendida por su confesión.

—Siempre había sentido algo por ella, pero a Abril le gustaban los hombres así que—se encoge de hombros—. Tuve que fingir que no me sucedía nada.

—Jamás me di cuenta—suelto.

—Es porque ya llega un punto en el que fingir te sale naturalmente, sin esfuerzo—una lágrima cae por su mejilla y me apuro a limpiarla—. Fue muy jodido ver todo lo que era capaz. Decepcionante y doloroso. Porque más allá de mis sentimientos, éramos mejores amigas desde chicas, y aún así todo le importó una mierda.

Lágrima tras lágrima van cayendo. Salen libremente sin ningún esfuerzo.

—¿Por qué nunca me lo mencionaste?

Lazos Peligrosos✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora