Una chica se muda a un pueblo de Canadá, llamado Mason Hill. Intenta tener una nueva vida, tener un cambio, pero no uno inimaginable. Ese insignificante pueblo, resulta ser más interesante o tal vez peligroso de lo que alguien se puede imaginar. Per...
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Owen no me mira a mí, mira al animal a mi lado. Los dos tienen una postura como si estuvieran enojados y al borde de atacar.
No sé que hacer. La actitud de Owen me deja paralizada, ¿no debería tener miedo del lobo?
—Owen, no es...—mi explicación de que no es peligroso queda interrumpida por él.
—Kyla, regresa a la casa—murmura y no me gusta su tono de voz.
—No—digo firmemente y me paro.
Eso lo desconcierta un poco porque me mira con el ceño fruncido.
—No te pongas en modo caprichosa—vuelve a su postura desafiante.
—No voy a ir a ningún lado—me acerco al lobo y le acaricio la cabeza—. No es peligroso, no va a hacerme nada.
—Aléjate de ella. No pienso decirlo devuelta.
¿Por qué carajos le habla al lobo como si le entendiera y fuera a separarse de mí?
Al ver que no hubo movimiento por parte de los dos, comienza a caminar hacia nosotros, dando pasos fuertes. Juro que incluso parece que le sale humo de las orejas.
El lobo me empuja con su cuerpo para que quede detrás de él y comienza a corre hacía Owen.
Abro los ojos fuertemente. ¡Lo está yendo a atacar!
Pero más me sorprendo al ver que Owen también corre hacia él, y a poco metros el uno del otro, el castaño salta y al segundo cae siendo un lobo de color marrón, un poco más chico en comparación al negro.
—¿Qué mierda...?
Cuando se encuentran comienzan a atacarse salvajemente. Puedo escuchar los ruidos que hacen sus cuerpos entre sí o con el suelo, incluso los gruñidos que hacen.
—¡Owen!—corro hacia ellos pero me quedo a una distancia justa— ¡Por favor, para!
Me muerdo las uñas por el nerviosismo. Los lobos se separan cuando se empujan y no tardan en atacarse nuevamente.
De repente veo como vuela el lobo oscuro y se da contra un árbol.
Grito y voy corriendo hacia él. Se levanta y quiere posicionarse para seguir atacando en seguida pero se nota que esta mal herido, mucha sangre se mezcla con el pelaje negro.
Me aleja, empujándome con su cabeza, y me vuelve a colocar atrás de él cuando ve que el lobo marrón, Owen, está viniendo hacia nosotros. Cuando llega hasta él, lo ataca de vuelta al lobito oscuro y le da justo en una herida, lo sé porque aulló fuerte.
—¡Owen! ¡Basta!
Intervengo y no sé como, pero pude empujar de su pecho un poco para que salga de arriba del otro. Voltea a verme enojado y estira su pata.
