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—B-Buenos días— Bomi se inclina, acomoda su gorra— lo siento, vivo un poco lejos.

Negué, restándole importancia.

—No te preocupes, estás a tiempo.— señalé la  cantidad masiva de escalones que nos esperaba y que el tonto de Kris había comenzado dándoselas de súper humano— veremos cuánto resistes.

Rasca su brazo, viendo con miedo la montaña.

—¿Puedo ir a mi ritmo?

—Claro, solo quiero saber cuánto puedes subir, esto ayudará a tú resistencia y en un par de meses podrás subir corriendo.

Tragó saliva asintiendo.

—¿Y usted sube con nosotros?

—Claro.

—Bien... aquí vamos. Uno, dos, tres...

Ya veo, va a contar cada escalón.  La sigo de cerca, ella es delgada, no tiene fuerza alguna y sus piernas tiemblan debido a que parece temerle a las alturas, eso lo noto cuando vamos por el escalón cien y mira hacia atrás con miedo.

—No te vas a caer, tú sigue tranquila.

—Si resbalo, usted me atrapa ¿cierto?— asiento— bien... ciento tres, ciento cuatro...

Creo que Kris está arrastrándose un poco más arriba de nosotros, el pobre le mete empeño, por lo menos.

Creo que Kris está arrastrándose un poco más arriba de nosotros, el pobre le mete empeño, por lo menos

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Ya rebasamos a Kris y estoy por primera en mucho tiempo, sorprendido.

—Quinientos noventa y siete, quinientos noventa y ocho...— suspira, subiendo los últimos dos de un saltito— ¡Seiscientos!

Cae sentada al suelo y yo observo todo el tramo hasta aquí. Mi única explicación es que estaba tan concentrada en no caerse y en contar, que ignoró el cansancio.

—¿Bomi?

—¿Si?— acaricia sus piernas—Ah, duele, duele.

—¡Lo hiciste muy bien!— es que no me cabe en la cabeza— Honestamente no creí que lo lograrías.

Se ríe con nerviosismo.

—Yo tampoco me tenía mucha fé— ríe— ahora, h-hay un problema y es que no creo que pueda bajar.

—¿Por qué no?

—No siento las piernas, lo siento.— e inclina la cabeza, disculpándose.

Pide perdón innecesariamente y muy seguido.

—Tranquila, yo te ayudo.

Entregué a Kris medio muerto a su padre y de nuevo ví a Bomi salir sola caminando más lento de lo usual, sentí que debía compadecerme de ella y volví a ofrecerle llevarla a su casa

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Entregué a Kris medio muerto a su padre y de nuevo ví a Bomi salir sola caminando más lento de lo usual, sentí que debía compadecerme de ella y volví a ofrecerle llevarla a su casa.

También para hacer lo que Namjoon me dijo.

—No puedo, lo siento— señala sus piernas— es que si la alzo para subir, me duele.

—¿Hiciste calentamiento como te pedí?—asiente— ¿Y aún así te duele?

Me hizo bajar, subirla y volver a subirme yo. Comprendo, tiene el cuerpo entumido.

Tomé la misma ruta, esta vez no tuve que preguntar por indicaciones, seguía tensa y sentía su agarre apretar mi torso quizá con demasiada fuerza, le dolerían los brazos después.

Llegamos a su casa, de nuevo me fijé en su colorida puerta y di miradas de soslayo a los extremos de esta, no había nadie.

Bajó como pudo, quejándose por el dolor, me entregó el casco y se organizó el cabello.

—Me da vergüenza con usted— su rostro enrojece— es la segunda vez que me trae hasta mi casa cuando no es su responsabilidad.

—No pasa nada.

—¿Le molestaría si lo invito a pasar?— bingo— Tome algo antes de irse.

Y aunque usualmente me negaría porque no sé que repercusiones tendría al pisar su casa llena de su esencia, esta vez me veo obligado a hacerlo.

—Suena bien.

—Suena bien

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GOD OF STRENGTH; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora