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Juro que ví una chispa distinta en los ojos de Bomi y fue como si su alter ego apareciera y tomase posesión de su cuerpo porque entendió que le pedí un beso y me lo concedió.

Sus labios eran dulces contra los míos que querían devorarla entera, quise recordar cuál era su aroma, pero me hipnotizó sentir el mío en todo su cuerpo, mi shampoo, mi gel de baño, mi ropa, yo estaba en toda ella y me volvía loco, demente, ansioso.

Me dejé caer de espaldas con ella sobre mi y también permití a mis manos inmiscuirse por debajo de la camiseta para tocar la piel de su cintura mientras su boca competía con la mía por ver quien tomaba el control y yo no iba a ceder, parece que ella tampoco.

Luché contra mis propios deseos, porque estaba bien querer dejarme llevar un poco, pero debo controlar mi brusquedad incluso en este caso, Bomi no soportaría que aplicase tanta fuerza en mis agarres y presiones, tendría que ser una Diosa para eso.

Debo admitir que luce como una encima de mi.

No estoy muy seguro sobre mis movimientos ahora mismo, pero vuelve un poco de la timidez de siempre cuando toma mis manos, las aparta de su cintura y las hace subir hasta que estoy tomando ambos pechos entre ellas.

No me hagas esto.

—Tengo que... confesar.—dice, soy todo oídos mientras me encargo de estas dos, de hecho, saco mis manos solo un momento para levantar la camiseta y meter la cabeza debajo de esta, jadea— Entré al gimnasio solo porque te ví y ah, si, si.

Jadea más fuerte y repito la acción que desató ese grito ganándome otro, desocupo mi boca solo para preguntar algo que me causa curiosidad a raíz de lo que ha confesado. Salgo de mi escondite.

—¿Hace cuánto te gusto, entonces?

Tiene el rostro rojo y está por responderme pero me veo en la obligación de detener todo el buen ambiente.

Escuché algo.

—¿Qué pasa?

Pasos, en este piso. Aparto a Bomi de mi regazo y señalo al baño ordenandole que se encierre ahí porque no veo otra opción para ir a revisar tranquilo.

Tomo mi teléfono y llamo a Seokjin.

—Vivimos en la misma-

—Hay alguien aquí en mi piso. Ven rápido.

Salgo de mi habitación, observo ambos lados del pasillo y no veo nada, empiezo a abrir puerta por puerta según lo que mi oído escucha además del sonido del ascensor deteniéndose y abriendo sus puertas. Seokjin aparece en pijama, le pido que preste atención y asiente, sintiendo el mismo ambiente tenso por la obvia presencia ajena.

La puerta de la habitación que ocupa Bomi se abre lentamente y rechina, entonces observo y escucho una pata gigante dar un paso fuera, luego saca el resto del cuerpo y es cuando me pregunto cómo demonios habrá entrado un león aquí.

Obviamente es un Dios animal, este toma su forma humana y le reconozco inmediatamente como el hombre que rondaba la casa de Bomi aquella vez que fui a dejarla en su hogar por primera vez.

Es un hombre mayor. Levanta las manos y en voz baja pronuncia el nombre de Bomi seguido de una orden ridícula.

—Dame a la chica y me iré.

—Dame a la chica y me iré

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GOD OF STRENGTH; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora