Algo muy recóndito en mí, me exigía satisfacer ese deseo… Tal vez era algo momentáneo pero las ansias de estar con Weikath no terminaban. Era un efecto impredecible…
Estando en mi pieza mis mayores deseos comenzaron a cumplirse, las cosas aumentaron de temperatura, yo solo me dejaría llevar por las caricias y el amor que seguro Weikath me tenía que entregar puesto que podía ver reflejado el mismo deseo y sentimiento en sus ojos….
No tardo en desabrochar los botones de mi vestido sacándomelo por completo, le saque la cazadora y la camisa, mientras que me quitaba los zapatos y las medias, estaba deseosa, anhelaba verlo desnudo, quería explorar esas sensaciones de las que siempre me había privado estando con él, a pesar de que varias veces habíamos mantenido relaciones, nunca me había armado de valor para mirarlo, conocerlo, descubrirlo completamente… admirarlo…. Pero esta sería la excepción, el erotismo que se comenzaba a producir en mi interior gritaba por placer…
No tardamos en terminar desnudos bajo las sabanas, Weikath me acariciaba, sus suaves manos siempre me hacían sentir en el paraíso, él siempre sabia la manera de cómo hacerme enmudecer, además de hacerme gimotear de gozo y deleite, acaricie su torso, mientras que mi mano bajaba hasta su virilidad, Weikath me miro atónito, mientras que yo le lanzaba una mirada picara, me mojaba los labios para comenzar a besar y lengüetear su cuello, Weikath solo me sonrió y cerró sus hermosos ojos grises que tanto me atraían, en ellos mostrando placer… Estábamos a un paso de tener relaciones completamente hasta que el sonido de la puerta abrirse nos hizo separarnos, éramos como un par de muéganos pero seguido de esta alarma eso desapareció, escuchábamos voces acercándose, tome mi vestido que yacía en el suelo, Weikath aun desconcertado me ayudo a abrochar cada botón, le pedí a Weikath que no hiciera ruido mientras me vestía nuevamente.
Salí de la habitación, consecutivamente baje las escaleras tratando de lucir usual y común, nada sospechosa, esa satisfacción ahora había terminado convirtiéndose en un gran sobresalto, por suerte no eran ellos, por otra parte no era nadie más que un par de primas que anteriormente eran como mis hermanas, mis mejores amigas y compañeras, pero eso había terminado desde que decidí seguir mis sueños, luchar por mis estudios y salir adelante, por otra parte ellas solo se dedicaban a ser amas de casa, niñeras y sirvientas de los adinerados.
Bella era mi prima menor, 16 años, cabello castaño, ojos verdes, delgada y casi de mi misma estatura, cabello algo rizado hasta los hombros, abandono la escuela a los 13, siguiendo los pasos de su hermana sin duda, mientras que su hermana Susan tenía mi edad, 17 años, cabello rubio algo alborotado, regordeta, ojos marrones, tez blanca y más alta que yo por unos cuantos e insignificantes centímetros, ella a pesar de su corta edad había estado casada anteriormente, dos hijos y probablemente estaba esperando otro, ella se separó de su pareja ya que sufría de violencia doméstica, aunque en realidad esta es la versión que ella siempre cuenta ya que aquel tipo la abandono hace más de un año, típica chica de campo dirían algunos, pero para mí no era más que una pobre chica que no había recibido una orientación.
Al verme corrieron a abrazarme, yo hice igual aun que estaba algo confundida, la última vez que las había visto ellas parecían odiarme rotundamente, por otro lado pude darme cuenta de que detrás de Susan venia su pequeño hijo de unos 2 años apenas, se ocultaba entre las piernas y largo vestido de su madre, a penas y podía mantenerse en pie, a decir verdad se parecía demasiado a ella. Lo tome en mis brazos y comencé a darle un abrazo, seguido de un pequeño arrullo.
-Perdona que hayamos entrado de esta manera pero la puerta estaba abierta y creímos que nos encontraríamos con los tíos –Dijo Susan tomándome del hombro
-No se preocupen, ellos salieron seguro no tardan en llegar, ¿Les gustaría tomar algo? –Dije mostrándoles una tetera, ellas no dudaron ni un segundo y afirmaron con la cabeza, me dirigí a la cocina a preparar un poco de té de menta, además prepare jugo de naranjas recién exprimidas para el pequeño niño, lo vertí sobre un biberón que solía usar de pequeña, él ver ese biberón me traía a la cabeza miles de pensamientos… pronto estaría llenando docenas cada día, no estaba preparada pero seguro y eso cambiaria después.
Coloque en una bandeja la tetera junto con unas pequeñas tazas de porcelana, el biberón y algunas galletas de mantequilla que mi madre había cocinado, fui donde mis primas, pero fue una sorpresa solo encontrarme con Susan y su hijo, coloque la bandeja sobre una mesa,
Susan me agradeció y comenzó a alimentar a su pequeño hijo, me senté a acompañarla con una taza de té, estaba sedienta, comenzamos a charlar acerca de lo que había sido de nuestras vidas, me ponía mal el hecho de saber el tipo de condición en la que debían de vivir cada día mis primas, pero esa había sido su decisión.
Un grito que venía de una de las habitaciones del segundo piso nos escandalizo de inmediato…
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Judas
RomanceJudas - Sinopsis: Locura, atracción, pasión, pero ¿Amor?Michael Weikath, guitarrista de Helloween, serio e interesado en su banda pero además en sus estudios, al terminar unos cursos en los que estuvo asistiendo hace ya dos años, por fin podrá tener...