Capitulo 45

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Llegue a casa, abrí la puerta cerrándola de un portazo, no tarde en llamar la atención de mis padres y Susan.

-¿Maddie... Que pasa? ¿Dónde esta Bella? -Preguntaron mis padres confundidos, parecían más preocupados por Bella que por su propia hija, solo los ignore aun cabizbaja, subí a mi habitación y cerré la puerta, fui a mirar el atardecer desde mi ventana, el sol ya se ocultaba lentamente dejando ver sus últimos rayos, si no hubiera sido por Bella y por los impulsos masculinos de Weikath todo estaría bien, estaríamos disfrutando de un lindo atardecer en la feria, caminando por el verde pastizal y quien sabe... Tal vez hubiéramos pasado el mejor de los días.

Pronto tendríamos una familia, pero seguro sería una familia disfuncional, una familia donde nuestro hijo no sería feliz sabiendo que sus padres solo están juntos por él y donde su padre siempre se escabulliría para verse con una de sus tantas amantes; ese era mi pensamiento de una vista al futuro, mis esperanzas de ser feliz se apagaron ya que todo empeoraría entre ambos si no había el cariño suficiente, mi vista se nublo y no tarde en rendirme sobre mi cama, las lágrimas caían sobre mi almohada, solo quería ser feliz, pero parecía que a Weikath eso era lo que menos le comenzaba a importar, a veces me gustaría que el sintiera todo el peso y el dolor que cargo día tras día y sobre todo, todos los sacrificios que hice para hacerlo feliz y para que nuestra relación funcionara y prosperáramos en armonía.

Alguien toco a mi puerta, no conteste ni abrí la puerta, no estaba de humor para hablar con alguien, solo quería estar sola. 

Pronto se abrió la puerta, pude escuchar los pasos de alguien acercarse a mí, seguido de una respiración algo alterada y profunda, pude sentir la cama hundirse por alguien que se había sentado a mi lado, no tarde en sentir una calidez que me acariciaba el hombro.

-Maddie... - Dijo Weikath sonando arrepentido, pero ya era muy tarde ya no había tiempo para disculpas y mucho menos para falsas modestias.

-Déjame... Quiero estar sola - 

-Maddie... Tú no lo entiendes-

-¿Qué? ¿Entender que deseas a Bella? Ya lo sé.... -

-No es así... - 

-Ya no te creo nada... ¿Crees que no me doy cuenta de las cosas? ¿Crees que soy estúpida? 

-Tranquilízate y escúchame... -

- Tal vez seas profesor pero eso no eleva tu conocimiento acerca de la vida... -

-Creo que deberías dejar de lado tu actitud berrinchuda y niñata- Dijo Weikath tomando un tono maduro, casi el mismo que usaba cuando iba a impartir una clase

- ¡Ya lo sé! ¡Eres la persona más sabia que ha pisado la tierra! Me lo repites todo el tiempo... -Dije alzando la voz evitando gritar, no quería armar un escándalo 

- Maddie... Yo... Yo solo... Sabes creo que no vale la pena intentar lidiar contigo... Nunca me escuchas... -

- Siempre estoy para ti, pero rara vez puedo decir lo mismo de ti... ¿Sabes qué? No quiero saber más... Me ayudarías mucho si me dejas a solas... -Dije dando un largo suspiro, Weikath me acaricio el hombro y se levantó saliendo de la habitación, lo único que ahora quería era descansar y reposar mis parpados que ya dolían por tanto llorar.

Pronto me quede dormida hasta que unos golpes a mi puerta me despertaron al instante, me levante dando un bostezo y tallándome los ojos, abrí la puerta y para mi sorpresa era mi madre, creí que sería Weikath de nuevo pero raramente y lamentablemente no era él.

- Maddie, por dios, vístete mas formal; todos nuestros invitados ya han llegado- Dijo mi madre mirándome de pies a cabeza

-¿Cuánto tiempo estuve dormida?

-Solo pasaron tal vez unas dos horas pero no importa, igual tengo un bonito vestido que se te vería encantador -Dijo ella sonriéndome, yo hice igual mientras la seguía a su habitación, sacó de el gran armario un vestido rojo, elegante y muy estilo de los 40's, me lo dio y me pidió que me lo pusiera, regrese a mi pieza a colocármelo junto con unas zapatillas del mismo color y el cabello suelto junto con un collar de cuentas doradas.

Me mire al espejo y el vestido me lucia perfecto, la talla ideal, para mi suerte este no era ajustado por lo que mi vientre no se notaba para nada, acaricie mi estómago, mientras unas cuantas lagrimas escurrían sobre mis mejillas. 

- Weikath... -Me susurre a mí misma mientras me limpiaba las lágrimas que aun perduraban en mis ojos.

Salí a mostrarle mi ya completado atuendo a mi madre, ella me miro asombrada con una gran sonrisa dibujada en su rostro 

-Eres hermosa, te veo usando un bonito vestido blanco en un futuro tal vez no muy lejano...- Dijo ella aún sonriente a lo que no tarde en interrumpirla 

- Madre... Eso es una locura, eso nunca sucederá -Dije interfiriendo seriamente y algo molesta, no quería saber nada del futuro, nada de relaciones y mucho menos pensar en una boda, mi madre cada cuando me molestaba con frases como esa pero en esta ocasión yo no estaba de humor para lidiar con ella.

JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora