Capitulo 12

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Narra Weikath

Tenía que salir, pensar, reflexionar, tenía mil cosas pasando por mi mente tenía que ponerlas en orden, salí de la casa, Maddie trato de acompañarme pero yo se lo impedí, comencé a caminar, hasta que llegue al parque donde había ido hace un rato, no había nadie así que aproveche a recostarme sobre el pastizal y comencé a hundirme en mis pensamientos...

-¿Weikath, que vas a hacer ahora? -Me dije golpeándome la cabeza, pero que rayos así no iba a llegar a nada, tal vez... Debería dejar la banda ¡No! ¿Dejar el puesto de maestro? Tal vez... ¡Pero ahora no! ya sé.... ¡Dejar a Maddie! Sí, eso era.... ella estaba siendo una carga para mí, además de que la sentía como a una hermana menor.... ¡Pero que mierda, estoy pensando! ¡No! Yo la comenzaba a amar, comenzaba a sentir algo más que atracción hacia ella, además de que no es como las demás chicas con las que eh salido, ella es la adecuada, lo presiento... Es todo lo que había pedido, ella tiene todas las expectativas de mi chica ideal, no la voy a dejar, ella a decir verdad trajo color a mi vida, nunca me había sentido tan a gusto con una chica, ¡Al carajo si yo soy su profesor! Además por otra parte ella me estaba enseñando a mí, me estaba enseñando a amar, querer y a ser mejor persona, una persona comprensiva y una persona que puede sonreír a pesar de las peores circunstancias en las que este pasando, por eso Maddie era única... Quería estar con ella, de una manera formal...

Le pediría por fin que fuera mi novia, tal vez me rechazara pero aun así lo intentaría, por otra parte seguiría con ambos trabajos, por nada en el jodido mundo dejaría la banda, era lo que me hacía sentir vivo.... También seguiría con el puesto de maestro, además... intentar cosas nuevas no es tan malo después de todo. Me levante, corrí a la plaza más cercana, habían muchas tiendas, recordé todo lo que le gustaba a Maddie, compre comida francesa (Aunque yo la odiara y prefiriera demasiadas veces antes la comida Alemana)
pero si hacer pequeños sacrificios 
y cambios en mi vida harían que Maddie estuviera cómoda y feliz conmigo, lo valía todo, compre un gran ramo de flores, recordé que ella ama los girasoles, fui a buscar algo que le pudiera dar a Maddie, una prueba de amor, algo que la hiciera darse cuenta de lo importante que ella es para mí, fui a una joyería, encontré un bonito anillo, cuando lo vi pensé en Maddie al instante, ese era el indicado, me apresure a llegar a mi casa, algo me hacía sentir que Maddie no se había ido, si esto era así tendríamos una bonita velada, entre, todo se veía impecablemente limpio, además de que mi casa por primera vez olía muy bien, Maddie apareció, se veía algo entusiasmada y como siempre su gran sonrisa deslumbraba, solté las bolsas, le di a Maddie las flores y le agradecí por haber limpiado la casa, ella me abrazo, yo hice lo mismo, nos dimos un corto beso, subí a ponerme elegante, tenía que verme bien si iba a estar en una velada con Maddie, me di una rápida y corta ducha, busque uno de mis trajes que uso cuando soy profesor, por suerte estaba limpio, me coloque colonia y me arregle el cabello, me apresure a bajar las escaleras, Maddie ya había puesto la mesa, recordé unas velas aromáticas que tenía en unas cajas, las saque y las coloque, apague la luz y por suerte estas alumbraron toda la habitación, los ojos de Maddie comenzaron a brillar, pude ver a esa niña que Maddie llevaba en su interior, nos sentamos y comenzamos a comer, a decir verdad la comida no era tan mala pero seguía prefiriendo la comida alemana, le conté a Maddie mis planes y lo que había decidido, ella solo me sonreía y se alegraba de mí, terminamos de comer, bebimos vino mientras que brindábamos, Maddie comenzó a bajar la mirada, supe que era el momento para sorprenderla, me arrodille frente a ella, me sonroje un poco mientras le preguntaba a si quería ser mi chica, ella solo dudo un segundo, me sonrió y afirmo, me sentí feliz, por fin estaba con la chica que toda mi vida había estado buscando, la lleve a mi habitación, había algo más que yo quería que ella mirara, abrí las cortinas, la luna estaba enorme y debajo la ciudad de Hamburgo, era la vista que veía cada noche, me hundía en mi soledad pero ahora esto sería diferente, compartiría la vista con la persona que amo y ya nunca estaría solo mientras ella estuviese ahí, siendo parte de mi vida, no tarde en llevarla a la cama, la deposite en ella, su rostro resplandecía, se veía hermosa, comenzamos a besarnos, mientras que le quitaba la ropa, ella hacia lo mismo, se detuvo cuando llego a mis pantalones, la vez pasada se había detenido al llegar a esa parte, su mirada asustadiza desapareció, desabrocho mis pantalones, procedí a quitármelos completamente, tal vez por fin ella estaba preparada, estaba lista para llegar a la siguiente etapa,
al igual que ella yo estaba asustado, nunca había estado con una chica tan inocente, de mente y corazón puro, una chica virgen, además de que nunca había estado con una chica menor de 20 años eso era algo totalmente nuevo para mí, no quería arruinar nada. Quería que la primera vez de Maddie fuera perfecta y lo recordara con amor y calidez durante toda su vida… Ella estaba nerviosa, pude ver su mirada paralizarse y su rostro descolorido cuando por fin le quite la ropa, dejándola desnuda, pero pude ver que esta no fue la peor parte si no la peor parte fue cuando me miro a mí, ella se enrojeció completamente, trate de que se sintiera cómoda conmigo, quería que su primera vez fuera especial, nos metimos entre las sabanas, ella era hermosa, su cuerpo era una obra de arte, sus senos eran enormes, no tarde en apretarlos y acariciarlos, trate de no ir muy rápido, por fin había llegado el momento y ella no quería detenerse, comencé a introducir mi miembro en ella, su cavidad era muy estrecha, ella lloraba, pude darme cuenta de que le dolía, trate de parar no quería verla sufrir, pero ella solo se negó así que seguí cada vez con más delicadeza, después de algunos minutos ella lo comenzaba a disfrutar, fui con más velocidad sin perder la delicadeza, ella gritaba por mas, así estuvimos varios minutos, hasta que pude sentir como me vine, había eyaculado dentro de ella, no pare al igual que ella no le dio importancia, pasaron los minutos, ambos lo disfrutábamos, yo la guiaba y ella solo me seguía, a pesar de que había estado con varias mujeres nunca lo había disfrutado tanto con ninguna de ellas, tal vez era el hecho de que Maddie era virgen, eso me hacía sentir más placer y excitación, pero lo mas importante era que por primera vez estaba con alguien que amaba de verdad… La noche había sido fantástica, Maddie no era como ninguna otra chica, ella era única, me sentía especial, no cambiaría a Maddie por nada, ella era mi pequeña…

-Te amo… -Le susurraba al oído cada segundo, mientras que ella me correspondía y me sonría, ella seguía siendo esa niña inocente y eso nada lo cambiaría nunca… 

JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora