CAPÍTULO 13

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Título: "ingobernable" by Ctangana

-"ingobernable, el amor de mis amores"

p.o.v.JaeMin

Los rayos del sol se colaron por la ventana y dieron en mi cuerpo de lleno, no me quería mover porque estaba muy a gusto. Notaba la respiración tranquila de HueningKai a mi lado, como su pecho bajaba y subía al tener la mano en su pecho. Abrí los ojos lentamente y me lo encontré enfrente de mi dormido plácidamente.

Su pelo marrón caía encima de su frente de forma revuelta, su piel blanca estaba un tanto rojiza en sus mejillas y la punta de su nariz, y sus labios rosados quedaban en una fina línea. Yo sonreí de lado cuando hizo un ruido de satisfacción cuando pasé mis dedos por su costado desnudo.

Me quedé mirando su rostro, pensando en porque empecé a acercarme a él. Siempre le tuve celos, muchísimo, me acerqué a él para arrebatárselo a Jeno, para dejarlo sin nada, y yo quedarme con todo. Lo debía admitir. Las cosas eran así y ya no podía cambiar mis pensamientos o decisiones de el pasado.

Ahora no. Me había arrastrado hasta su casa porque me apetecía estar con él. Porque me encantaba esa tranquilidad que transmitía HueningKai, como si todo estuviera bien. Me estaba literalmente obsesionando con esa sensación de calma que creaba aquel chico en mi cuerpo. Y me parecía algo tan peligroso como encantador.

-Hola – le dije cuando HueningKai abrió lentamente los ojos después, sonrió y los volvió a cerrar.

-¿Qué hora es? – me preguntó refregando la mejilla en la almohada. Yo alcancé mi móvil para mirarla.

-Han pasado dos horas – le dije dejando de nuevo dos horas – todavía tenemos tiempo para prepararnos e irnos a la mansión.

-Vale – me dijo asintiendo para después volver a cerrar los ojos y dormir.

Yo me giré del todo y pasé mi brazo completamente por su cintura, colé mi mano debajo de la sudadera, aquella que estaba seguro de que era de HyunJin, porque olía a los litros y litros de colonias que se echaba. Acaricié su piel blanquecina con mis dedos, sin dejar de mirarlo.

-Deja de mirarme – me dijo HueningKai escondiendo la cabeza en la almohada.

-¿Te pongo nervioso? – le pregunté dejando ir una risita cuando él puso una mano en mi pecho desnudo para que me moviera un poco y me apartara de él.

-Solo un poco – me dijo riendo y abriendo los ojos. Su mirada negra cargada de brillo se junto con la mía y noté su nerviosismo. Me parecía adorable.

-Normal – le dije quitándole hierro – teniendo a tremendo dios griego en tu cama, es totalmente comprensible que te pongas nervioso. Y no lo digo porque sepa perfectamente que soy maravilloso, en todos los aspectos claro está – HueningKai me alzó la ceja con cara de alucinación por todo lo que había dicho.

-Lo peor de todo – dijo suspirando y tocando con sus dedos la mariposa que tenía en mitad del pecho, pasando hasta la gran pluma que tenía debajo del pectoral derecho – es que seguramente te crees todo lo que has dicho.

-Obvio – le dije.

Y después de sonreír se quedó mirando un punto fijo detrás de mí, supuse que la pared de su cuerpo. Pero su cabeza parecía en algún otro lugar, y sus ojos estaban un poco tristes y sin aquella luz que lo solía caracterizar siempre. Había estado todo el día raro en la mansión, muy apagado. Y puede que también fuera uno de los motivos por los que había ido a su casa, como si tuviera la necesidad de comprobar que estaba mejor. Pero no estaba bien.

UTOPIA; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora