UTOPIA; 2

CAPÍTULO 32

p.o.v.Jeno

Volvía a darle una última vuelta al parque donde salía a correr, y miré el cielo, el sol empezaba ya a asomarse, más que cuando salí a correr aquella mañana. Los naranjas intensos se mezclaban con los suaves amarillos, pero no llegaba a cubrir del todo el color ámbar del cielo, solo eran motas aquellos rayos de sol amarillos, como un aviso silencioso de que el Sol se estaba despertando por el este.

Ese día estaba de buen humor, no sabía exactamente porque, supongo que era porque me había convencido de que iba a ser un buen día, solo para mantenerme en pie un poco más.

La cuestión era que HueningKai ya se había cansado de llevar la casa sobre su espalda, el peso ya era demasiado, y sus piernas habían empezado a temblar la anterior noche cunado lo encontré en el balcón de la habitación de las niñas, con las piernas apoyadas contra su pecho y los ojos llenos de lágrimas.

Esa noche DoYeon nos había preguntado que si HyunJin estaba "malito". Nosotros tres nos quedamos en silencio, mirando como las otras dos niñas alzaban la cabeza para mirarnos atentas, buscaban respuestas, unas que nosotros no llegábamos a alcanzar.

HueningKai, mirándolas, con mis manos en sus mejillas, empapándomelas dijo en un hilo de voz:

"¿Como las vamos a sacar hacia delante si no podemos ni salvar a HyunJin? Esto nos viene grande, Jeno. Yo ya no puedo más."

Cuando se calmó lo llevé a la habitación donde dormimos los cuatros, pero solo estaba JaeMin, de nuevo HyunJin había decidido dormir en el sofá, solo, apartado de todos, refugiado en una burbuja trasparente que parecía hecha del metal más fuerte. Por más que la intentásemos derribar, solo, y muy de vez en cuando Hyuna había conseguido travesarla, besarle los pensamientos a HyunJin y decirle que todo iba a estar bien.

JaeMin había recogido entre sus brazos a HueningKai para dormir, dejando un beso en su frente y dándole un lugar seguro donde descansar. Él no iba a ser quien sacara esto hacia delante, jamás fue bueno en responsabilizarse de las cosas, todo, en general, siempre se le hacia un mundo.

Cerré la puerta del dormitorio y bajé al comedor, me senté en el sillón de enfrente, mirando como HyunJin dormía. Yo no lo hice en toda la noche, estaba cansado, muchísimo. Pero cuando el reloj sonó a las seis de la mañana, me puse la ropa de deporte, la correa a Bolton y salí a hacer una locura, no sabía si eso arreglaría mi familia, pero ya me estaba quedando sin ideas.

-Buenos días – dijo ella.

Yo salí de mi ensoñamiento. Mi hermana me sonrió como cada mañana, cuando nos cruzábamos en aquel parque a la misma hora para correr. Ese día llevaba el pelo recogido en un moño, la misma chaqueta lila de siempre, pero no las mismas bambas, estas eran nuevas.

-Buenos días – respondí. Ninguno de los dos se paró para decir nada más, nunca lo hacíamos. Solo éramos dos completos desconocidos que nos cruzábamos cada martes, miércoles y viernes en el mismo sitio, a la misma hora, corriendo.

Puede que fuera un poco de acoso lo que hacia algunas veces, pero ya me daba igual un delito más, era mafioso, creo que ya tenía todos los delitos habidos y por haber sobre mi espalda.

Salí del parque y corrí hacia mi casa de nuevo.

Cuando abrí la puerta silbé tres veces avisando que ya había llegado. La gata de HyunJin me miró mal desde el sofá, al lado de su dueño.

-Tu tampoco me caes bien - le dije sacando su comida del armario del comedor - pero si te mueres me matan - ella bajo del sofá y vino hacia mi - te sigo odiando - le dije cuando me dio las gracias sobandome las piernas - si, si, de nada, pero prepárate que un día de estos accidentalmente Bolton te va a matar, tía.