CAPÍTULO 18 (1/2)

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Título: "imagine" by Ariana grande

-"imagina nuestro mundo"

p.o.v.BangChan

El viento suave y frio daba en mi cara dejando una agradable sensación de calidez en mi cuerpo. Ese día, a pesar de ya estar a principios de invierno, se había colado un poco los rayos del sol. Y sin pensárnoslo NaYeon y yo salimos a desayunar pronto, cogimos cualquier cosa de casa y fuimos a nuestro parque favorito con Miso.

Estaba estirado encima de una sabana fina colocada sobre la hierba medio húmeda del parque, sentía los rayos del sol colarse entre las nubes grises del sitio, esa noche llovería o tal vez de madrugada, pero de momento los rayos del sol daban en mi cuerpo, dejándome en una paz a la que no estaba acostumbrado.

Me toqué con mis dedos las cicatrices de mis nudillos más recientes y después pasé por las más viejas, ya me las sabía de memoria, y me dolía acordarme de cada una de ellas y la historia que llevaban detrás.

Toqué una muy grande, con los ojos cerrados supe identificarla a la primera. Me la hice el día que murió mi padre, y instintivamente noté el cosquillo nostálgico de las manos de YeJi en mis hombros. Y mi pregunté que, si en el fondo murió en paz, si lo hizo sabiendo que, aunque se hubiera cobrado la vida de mi padre estaba feliz y tranquila por su madre. No lo sabría nunca. Pero esperaba que a pesar de lo que hizo, si había vida después de la muerte, la estuviera viviendo en paz y con sus fantasmas del pasado adormecidos.

Por mi no se tenía que preocupar, a pesar de que el dolor fuera permanente jamás podría odiarla y por supuesto no poder recordar los momentos felices junto a ella.

-Tráelo, Miso – escuché la voz de NaYeon gritar.

Levanté la cabeza, apoyándome sobre mis codos y miré a NaYeon, estaba agachada, sobre sus pies, mirando a Miso ir a por el juguete. Llevaba puesta una falda tejana azul clara, una camiseta blanca y unas bambas del mismo color. Su pelo marrón se movía al compás de las olas del viento y su sonrisa era preciosa.

NaYeon alzó un momento la cabeza, cerró sus ojos y sintió los rayos del sol en su piel. No podía evitarlo, me sentía como un adolescente de quince años cuando el corazón se me aceleraba tan rápido al mirarla.

-Muy bien, Miso – dijo cuando el perro le trajo el juguete, después se levantó y fue hacia mí, sentándose en la sábana y después estirándose, Miso se estiró junto a ella – hoy estoy muy feliz – dijo riendo.

-Hombre, pues eso está de puta madre de vez en cuando – dije riendo y ella me miró con una sonrisa, solo abriendo uno de sus ojos.

-Es el tiempo, yo estoy más feliz cuando hace bueno y eso define mi comportamiento del día.

-Que interesante – dije con ironía, ella me dio un golpe y yo reí. En realidad, a mi si NaYeon se me ponía a contar del uno al cien la escucharía encantado.

-Y el pelo, Chan – me dijo – si no tengo el pelo bien, estoy triste.

-No, es que vaya drama el del pelo – dije estirándome de nuevo en la hierba.

-Deja de burlarte de mí – me dijo dándome otro golpe en el pecho.

-Oye, quietecita con la mano que al final me matas, tía – le dije cogiéndosela y entrelazando nuestros dedos para después dejarla encima de mi pecho.

No sé porque le cogí la mano, solamente lo hice. Porque yo cariñoso era muy poco, pero con NaYeon me salía natural hacer cosas pequeñas para demostrarle que la quería solo un poco, solo un poco.

UTOPIA; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora