Título: "cóseme" by beret
-"miraremos juntos el mismo horizonte"
p.o.v.SungChan
Estaba sentado en la mansión, en aquel rebatillo de al lado de la ventana, llevaba dos días lloviendo, y hoy era el primer día que el sol salía alto y grande encima de los cielos azules de Seúl. Miré por la ventana como los coches pasaban por las carreteras y las personas se veían minúsculas en la lejanía, como paseaban padres y madres con sus hijos.
Me llevé el cigarro a los labios y reí por el pensamiento recurrente en mi cabeza. No recordaba ni una sola vez que mi madre me hubiera llevado al parque que teníamos en frente de mi casa. Los días de sol me quedaba encerrado con ella, limpiando la casa y haciendo la comida, mientras ella estaba en el sofá mirando la televisión.
Recordaba como se veía ante mis ojos en aquel entonces. Muchas veces me quedaba debajo del marco de la puerta de nuestro pequeño comedor, observando la forma en la que sus ojos apagados y sin vida miraban fijamente el televisor con los canales de la teletienda. Como sus labios estaban fruncidos hacia abajo, dando una mueca de tristeza que me daba escalofríos.
Podía recordar perfectamente las arruguitas que se le hacían a los lados de los ojos o el sonido de su voz al suspirar. Era una persona tan triste, tan sumida en la miseria que apagaba hasta los días de sol.
Por eso, después de nueve años de haber salido de esa casa que fue una pesadilla, los días de sol seguían siendo un poco melancólicos y dolorosos. Necesitaba algo que me activara y que no me dejara anclado al sitio.
Dejé el cigarro en mis labios y me llevé la mano al bolsillo de mi pantalón negro, lo saqué y marqué el número de ChaerYeong, quien me lo cogió al segundo tono.
-¿Qué quieres, pesado? – fue lo primero que me respondía.
-Si estás enfadada porque le he comido los morros a tu novia y a ti no, vienes aquí y me los comes para que se te pase el enfado, y ya por último me hablas como es debido – dije sonriendo.
-Tus ganas.
-Muchísimas – me levanté del rebatillo y cogí el libro que ella misma me había regalado - ¿quedamos para comer los tres?
-Vale – su respuesta fue simple y no tardó ni dos segundos en llegar - ¿en nuestra casa, la tuya o fuera?
-Fuera, hace buen día – dije – me llevo a Elly, que le he prometido que comería con ella cuando acabara el entreno con Lisa.
-Perfecto, nosotras salimos para la mansión ya – después de eso me colgó.
Sonreí mirando como en el móvil salía de nuevo su numero y su nombre. Después caminé fuera de la sala y me dirigí al ascensor, no los solía tomar mucho, de normal iba por las escaleras, pero ese día estaba hasta flojo físicamente, así que esperé mirando los números con rótulos verdes encima del ascensor.
Entré en él una vez estuve. Me apoyé en una de las paredes grises y miré el libro. El punto de papel resalía de una de las paginas, ya estaba casi acabado, y sentía nostalgia y enfado por tener que acabarlo, pero finalmente se resolvería mi gran misterio y eso me ponía ansioso.
Repasé con mis dedos la pequeña rayada en el dorso del libro. Se la había hecho sin querer Elly cuando se le cayó de las manos al intentar ojearlo. Ella pensó que me enfadaría, pero no lo hice. Y menos al verla cantarle una canción al libro mientras tocaba la rayada para que se curara. Fue gracioso. Era una niña tan inocente.
Justo cuando sonreí para mi mismo por ello el ascensor se paró. La luz blanca parpadeó hasta que se fundió y la infraestructura tambaleó un poco.
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UTOPIA; 2
FanfictionTres años después de las pruebas de la Yakuza, todo parece seguir su curso natural, o por lo menos casi todo. HueningKai sigue al mando de la mafia de BlackPink, todos esta tranquilo, demasiado. Hasta que SooJin, ex miembro de la mafia de Fire, lleg...