CAPÍTULO 33

72 12 2
                                    

p.o.v.HyunJin

Me había ido con mis padres a desayunar juntos a una cafetería. La verdad es que me vino bien un café después de haber dormido solo tres horas, las demás las había pasado en el coche de Chan dando vueltas y patrullando una de las zonas que nos había asignado HueningKai para buscar a Hyuna. Buscamos desesperadamente la casa de ATEEZ, por todos lados, y no la encontrábamos. La vedad es que después de un día entero empezaba a perder la esperanza de encontrar a mi hija.

Le di vueltas a la cucharilla, mirando la espuma que se había quedado en las paredes de la taza. Alcé la vista y miré a mi padre enfrente de mí, sus ojeras eran pronunciadas y sus ojos eran tremendamente tristes. Pero su expresión era dura, seria y temible. Estaba angustiado, con muchas cosas en la cabeza. Pero no sabía si preguntarle, era un hombre muy cerrado.

Mi madre había llorado, muchísimo, desde que se metió en el coche con su marido a hacer la primera guardia, hasta que volvió después de cinco horas. Después no había pronunciado palabra alguna, solo de vez en cuando le temblaba el labio, como si en cualquier momento se fuera a poner a llorar. Pero no lo hacía, se había convencido de que no podía hacerlo.

-Hola – llegó DaHyun después de acabar su turno. Me besó la cabeza, la mejilla de papá y abrazó a mamá con fuerza después llamó al camarero para pedir un café bien cargado.

-¿Cómo ha ido? – preguntó papá.

-Nada de nada – dijo ella suspirando y abrazándose a sí misma – no hemos visto nada y puedo asegurar que no están por esa zona – después se pasó la mano por el pelo rubio, poniéndoselo bien detrás de las orejas.

-No pasa nada – dijo mi madre – lo has hecho bien.

-¿JaeMin? – pregunté a DaHyun, el cual él había sido su compañero de búsqueda.

-Lo he dejado en vuestra casa, salía en ese momento HueningKai a patrullar con SuHo. Pero seguro que las niñas cuidan de él – me sonrió cogiéndome de la mano.

-Seguro que sí.

-¿Tu cómo estás? – me preguntó.

-Cansado, muy cansado. Y la verdad es que no entiendo nada – dije frustrado, pasando la lengua por mis labios secos - ¿Por qué coño se la ha llevado? No gana nada con eso.

-Nos desestabiliza a todos – dijo mi padre, se llevó la taza de café a los labios y se lo acabo – estamos todos cansados, sin fuerzas y empezando a perder la esperanza. Las próximas misiones nos costaran más.

-Además, no sé vosotros, pero yo soy muy vengativa – confesó mi madre mirando un punto fijo en la mesa – no es una virtud buena, no necesitamos matarlos, necesitamos recuperar todo el dinero de SuHo, acabar con esto y demostrar que somos los mejores una vez más. Pero ahora lo único que quiero es matarlos a todos, uno a uno.

No dije nada, porque últimamente no tenía ni fuerzas para alzar una pistola. Pero coincidí con mi madre, si alguien le ponía la mano encima de Hyuna lo mataría. Y juraba que no sería solo de un tiro, me encargaría personalmente de que fuera una mente lenta y dolorosa.

En ese momento a todos nos vibró el móvil, era un mensaje del grupo donde estábamos todos, era SuHo, decía que fuéramos cuanto antes todos a la mansión. Que nos tenía que enseñar algo.

Nos miramos un poco extrañados al principio, pero pronto la ilusión de que fuera algo relacionado con Hyuna nos inundó a todos y nos levantamos de la cafetería dirección a la mansión.

Bajé del coche de mi hermana un tanto nerviosa, a mi lado mi padre aparcaba. Nos metimos en la mansión y fuimos directos a la sala de reuniones donde estaban ya todos menos SuHo y HueningKai que aún no habían aparecido.

UTOPIA; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora