CAPÍTULO 23

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Título: "the one" by CIX

-"me iluminaste cuando estaba en la oscuridad"

p.o.v.NaYeon

Desperté enredada en las sábanas de la cama de Chan, todas ellas olían a él, aquel olor tan masculino y varonil que desprendía su cuerpo. Enterré la nariz en la almohada la olisqueé, me sentía una puñetera psicópata haciendo eso, pero simplemente sonreí y abrí lentamente los ojos.

Hubiera seguido durmiendo, porque me pase la mitad del día en el hospital con mi hermana hasta que le dieron el alta, pero no tenía nada de sueño. ChaerYeong había pasado tres días en el hospital, no había sido nada grabe, solo que perdió la consciencia durante un día entero por el fuerte golpe en la cabeza que se dio contra las vías. Pero solo le había quedado una pequeña cicatriz en la frente.

Cuando los abrí del todo me encontré que estaba boca arriba en la cama, así que lo primero que hice fue ver el techo de su habitación. Después giré mi cabeza y miré a Chan dormir de lado, mirando hacia mí. Sus parpados reposaban tranquilamente, y su expresión era de completa tranquilidad. Con sus labios rosados levemente separados y dejando ir suspiros por ellos. Los rayos del sol daban en su cabellera negra y revuelta, de rizos desordenados y desaliñados.

Me acerqué a él y levanté su brazo para meterme entre los suyos y que este me rodeara la cintura. Lo agarré de la cintura y lo atraje a mi cuerpo, rodeando su cuerpo caliente y musculado. Pegué mi cara a su pecho y me quedé con los ojos abiertos observando como subía y bajaba su pecho.

Mis ojos se posaron en la mariposa que finalmente le había tatuado DaHyun. Le quedaba muy bien, la mariposa tenía las alas alzadas y estaba repleta de líneas que la hacía ver elegante, pero a la vez se me hacía oscura por los gruesos sombreados en las alas y el torso del pecho insecto.

Estiré mi cuello y dejé un beso tímido allí. Después otro, hasta que fueron tres más y Chan se removió entre mis brazos.

-Que peligroso eso de que me provoques medio dormido – fue lo primero que dijo aun con los ojos cerrados. Después dejó ir una sonrisa ladina.

-No te provocaba, solo te he dado un beso – dije yo mirándolo cuando bajo la cabeza y sus ojos se abrieron.

-Ya, ya, ahora hazte la tonta – dijo poniendo cara de indignado.

-Ves cosas donde no las hay, Chan, solo han sido unos besos porque el tatuaje te queda muy bien – le dije, y aparté por un momento la mirada de sus ojos porque esta se había tornado un poco más oscura de lo normal y eso me puso nerviosa y él lo notó.

-Yo solo veo que te me has puesto nerviosa cuando estamos solo hablando de una tontería – me dijo mientras daba un apretón en mi cintura.

Luego bajó sus dedos lentamente por el pantalón corto del pijama que llevaba puesto, estos se calvaron en mi piel. Yo pasé saliva por aquel movimiento que me había puesto incluso más nerviosa que antes. Puesto a que últimamente los besos de Chan me sabían a poco, quería más, pero no sabia como pedirlo. En algún momento tenía que dar el paso. Y que mejor momento que ahora cuando tenía a un Chan con cara de medio dormido y dispuesto a darme unos grandísimos buenos días.

-Pues si tan nerviosa me he puesto según tu tendrás que solucionarlo, ¿no? – dije, al principio soné convencida de mis palabras, pero cuando me di cuenta de los que había dicho apreté un poco los hombros de Chan, sin saber si lo quería más cerca o más lejos.

Su mano hizo que mi pierna le rodeara la cintura, dejándola encima de él mientras sus dedos pasaban por la piel de allí, erizándomela.

-¿De verdad? – preguntó.

UTOPIA; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora