CAPÍTULO 37

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p.o.v.Jeno

Estaba tirado en la habitación de las niñas, en el suelo con ellos alrededor de mi cuerpo, sus rotuladores pasaban por mi cuerpo y mis tatuajes rellenándolos con colores y adorándolos con todo tipo de dibujos. Tenía los ojos cerrados, disfrutando de aquel momento, horas antes de subirnos a un avión que no llevaría a la mansión que había edificado SuHo, donde se suponía que encontraríamos todo aquel dinero que le debíamos a SooJin.

HueningKai había lanzado las coordenadas y también había citado a todas las mafias del mundo a venir a por nosotros, a intentar robarnos el dinero si eran capaces. Y por primera vez en mi vida estaba cagado de miedo. Porque estaba vez era diferente, ahora podía perder mucho más. Ahora no solo era yo y Bolton en casa, no era solo él que se quedaría huérfano si no volvía, era mucho más.

Ya había sido huérfano una vez. A mi ya me abandono una familia como si no fuera nadie, ya me había sentido solo suficientes veces como para volver a acostarme en una cama fría o volver a casa sabiendo que nadie me esperaba al otro lado de la puerta. No quería que me arrancaran de nuevo a alguien de mi lado, no quería sentir otra vez el dolor que sentí al enterarme que JiSung ya no estaba. Prefería morir a decirle adiós alguno de los míos entre lágrimas.

-Quiero el rojo – dijo Lucy a mi lado y yo estiré el brazo para dárselo, ella relleno con detalle y concentración la calavera tatuada en mi brazo.

DoYeon pintaba el escorpión de mi estomago y Hyuna repasaba de verde una de las serpientes que me rodeaban las piernas. HueningKai y HyunJin también estaban como niños pequeños haciendo lo mismo que sus hijas. Pintándome los dos juntos el tigre de mi brazo. JaeMin estaba en una esquina, con un cigarro en lo labio, reposando la cabeza en las piernas de HueningKai.

-¿Cuándo volveremos del viaje? – preguntó Hyuna.

Yo miré el techo encima de mí. Podía notar como las lágrimas se me querían acumular en los ojos. Porque de verdad que estaba cagado de miedo por todo. Porque tenía una cosa, un hogar al que volver, una familia que conservar, y nos íbamos a jugar el pellejo aquella noche para deshacernos de una vez por todas de nuestros enemigos.

-Mañana ya estaremos en casa – dijo HueningKai, quien aparentaba ser el más sereno de todos.

-¿Podremos ver alguna película por la noche? – preguntó DoYeon.

-Depende de cual, que tu tienes muy mal gusto – le dije a la niña, me encantaba picarla. Ella me dio un golpe en el pecho. Pero sabía que lo hacia de broma, porque le cogí de la cabeza y le di un beso en la mejilla.

-Quiero ver Mulan – dijo HyunJin.

-Eso es tener buen gusto – dijo JaeMin.

-Yo quiero palomitas dulces para la película – dijo Hyuna - ¿sabeis que mamá odia las saladas?

No había parado de hablar de Sana desde que había vuelto. Una parte de mi estaba contento de que no hubiera sido horrible su estancia en la mansión de ATEEZ y que aquello hubiera ayudado a que Sana y ella se hubieran unido. Pero la parte de mi celosa y posesiva odiaba aquello. No estaba Sana aquí, estábamos nosotros cuatro, cuidándola y apoyándola de principio a fin.

-¿Tienes mamá? – preguntó Lucy.

-Si – dijo ella - tú, ¿no?

-La tenía – dijo Lucy sin dejar de pintar – ahora ya no, solo tengo papás – dijo ella – y tu eres mi hermana, como DoYeon, ¿a que sí?

-Si, somos las tres hermanas – dijo Hyuna como si eso fuera algo obvio. Los cuatro nos miramos enternecidos por sus palabras – y tenemos cuatro papás, eso mola mucho.

UTOPIA; 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora