UTOPIA; 2

CAPÍTULO 14

Título: "resurección" by amaral

-"haces que se vaya mi melancolia, me devulves de nuevo a la vida"

p.o.v.NaYeon

Me senté en aquella mesa redonda que la cafetería donde había quedado con aquel chico. No es que me apeteciera mucho la verdad, pero me había prometido comprarme el helado más grande del sitio, y a eso no me podía negar.

Sabía claramente que me estaba obligando un poco a ir. Era un buen chico, era un curso más mayor que yo en la Universidad, de buena familia, simpático y amable. Además, trabajaba como voluntario en una perrera de Seúl y los domingos iba a ayudar a los chicos de entre los diez y quince años a un orfanato. Era perfecto, el novio que cualquier padre y madre quería para su hijo o hija.

Solo pensándolo así, en lo perfecto y maravilloso que era me daba cuenta de que me estaba obligado a conocer a alguien que me salvara de la mierda en la que estaba metida, teniendo claro en el fondo que la única persona que podía salvarme era yo misma.

En la mesa mi teléfono sonó y vi como entraba la llamada de mi madre en la pantalla.

-Hola, mamá – le dije cuando me llevé el móvil a la oreja.

-Hola, cariño – me dijo en un tono dulce, eso quería decir que quería llorar y buscaba mi refugio - ¿estas ya con aquel chico?

-No, tranquila, puedo hablar, ¿pasa algo? – pregunté tocando con mis dedos las marcas de cicatrices del dorso de mi mano.

-No, no – dijo muy rápido y escuché como se movía por el sitio en el que estaba – es solo, que tu hermana ha venido después de mucho tiempo a ver a tu padre al hospital y sinceramente no sé cómo gestionar esto.

Yo suspiré. No era buena señal que de un día a otro ChaerYeong hubiera ido a ver a papá y mucho menos estando mamá, sabiendo que era la más inestable en el tema de papá. Se me acaban de juntar dos bombas a punto de explotar y la mecha era un cuerpo inmóvil en una cama que no las pararía, solo lo podía hacer yo.

-¿Pero está bien ChaerYeong? – pregunté viendo como entraba el chico y me buscaba con la mirada.

-No sé – confesó con voz pesada mi madre. Yo alcé la mano y saludé al chico para que me viera. HyunJae cuando lo hizo me sonrió y caminó hacia mi – se ha sentado a su lado y no se mueve. Solo lo mira.

-déjala, tranquila, mamá – dije mientras miraba como él se sentaba delante y me sonreía – está muy bien que haya dado el paso de ir a verlo. ¿Estas con alguien más?

-Ha venido con la tía Lisa, estoy con ella ahora – y yo suspiré aliviada al saber que estaba mi madre con alguien.

-Seguro que va bien – le reconforté – te dejo mamá, si necesitas cualquier cosa llámeme, no lo dudes en hacerlo.

-Lo sé cariño, solo llamaba para informarte – me dijo y yo asentí como si ella me fuera ver – disfruta de la merienda. Y ya me contarás después.

Yo le dije un adiós y suspiré mirando al chico que esperaba paciente a que acabara. Era muy guapo, lo tenía que reconocer, su piel era de un tono más bien moreno, su pelo era marrón muy claro y sus ojos negros eran brillante y alegres.

-¿Todo bien? – preguntó y yo le asentí sonriendo – si no es un buen momento lo podemos dejar para otro día – que simpático, pensé.

Yo negué con la cabeza y cambié de conversación para preguntarle cual era aquel helado que me había prometido. Los dos comenzamos a hablar esperando a que nos trajeran aquel bol enorme con tres sabores diferentes, dos barquillos de galleta y fruta variada por todos lados. La verdad es que estaba buenísimo, y era muy buena baza esa de conquistarme con el estómago.