38. Stradivarius - Parte 3

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¡Hola! ¡Va la tercera parte del capi! Créditos a Snor por una de las ideas creativas que especificaré más abajo para no spoilear XD.

Gracias infinitas por la paciencia, los comentarios, los votitos y la vida misma. 

Espero que esta parte guste mucho :)

Gracias muchas y eternas al grupo que siempre me apoya, me da muchas ganas de escribir y me hace sentir muy feliz, porque el ejercicio de las letras es algo que me atraviesa y me ayuda a canalizar. Cada historia tiene mucho de mi propio corazón y que sea valorada es algo que no me alcanzarían las palabras para poder agradecer y que eso alcance.   

Sin más, dejo una parte muy larga. ♥

Mia

PD: Si estás leyendo esto y le das a la estrellita o a comentar, un osito polar le sonríe a la luna y lo salva del deshielo.


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"L'oiseau des soldats c'est l'amour
Et mon amour c'est une fille"

"El pájaro de los soldados es el amor,
Y mi amor es una chica"

Guillaume Apollinaire



Aioria atravesó la puerta de la pequeña habitación cargando a Milo, ataviado con su bata blanca y su sonrisa vivaz, aún bajo el efecto de los calmantes en sangre lo suficientemente presentes para esbozar aquel gesto divertido.

–¡¿Qué se supone que haces aquí?! –exclamó Camus aterrado. Su hermana y su pareja no le darían tregua y ese mundo de las emociones se había convertido en un sitio aterrador. –¿Estás completamente loco? ¡Y tú, Aioria! ¡¿Qué has hecho!? Voy a matarte, a ti y a ti. Voy a––

Milo sonrió un poco más, con algo de dificultad.

–También me alegra verte, cari. Ya comenzaba a preocuparme aquello de los abrazos, iba a preguntarte dónde estaba Camus y qué habías hecho con él, pero aquí lo veo ya...

El francés respiró profundamente, con una exhalación que le dejó vacío y sus hombros descendieron 5 centímetros. Se sentía agobiado, cansado, preocupado y ahora, algo alterado.

–¿Quieres explicarme qué haces aquí? Porque no tienes pintas de haber salido con permiso, mejor me dices por qué has huido del hospital, que es donde deberías estar y no aquí en esta habitación que de antiséptica tiene lo que tú de tranquilo.

Aioria lo recostó en la cama, lo que provocó una ligera protesta del escorpión.

–Fue su idea, no me mires a mí. –agregó el león antes de acercarse a la japonesa para alejarse del conflicto bélico.

Memorias del SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora