10. Mereces ser amado

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Jamir, Tibet - Actualidad


Mu se estiró lenta y grácilmente cuando los primeros rayos de la mañana iluminaron la pequeña habitación. Aldebarán aún dormía, tenía el sueño increíblemente pesado a diferencia del tibetano, que solía dormir poco y lo suficiente para reponer energías. 

Alcanzó su ropa que yacía sobre la mesilla con un gesto veloz, el clima estaba cambiando y el frío de la mañana no era demasiado amigable con los cuerpos desnudos, por mucha manta que se echara encima. 

-¿Comenzarás a trabajar? -preguntó el joven moreno y macizo sin moverse, con una voz ronca que aún no lograba despertar. 

El guardián de la primera casa sonrió, acariciando suavemente el brazo de su compañero que yacía junto a él, haciendo parecer la cama completamente diminuta bajo su cuerpo enorme. Le miró con dulzura.

-En diez minutos. -sonrió. -Tengo mucho trabajo y un encargo de Dohko. Camus vendrá a por él.

-Creí que Camus no saldría del Santuario -murmuró el brasileño sin abrir los ojos.

-Creí lo mismo pero él lo ha solicitado así. -replicó Mu, vistiéndose.

El moreno rió un poco, algo ronco aún. 

-Está evitando a Milo, ¿qué habrá hecho esta vez?

Aries acompaño la risa de su amante mientras acomodaba su pelo en una cola. -No lo sé, probablemente alguna tontería. Milo puede ser algo infantil a veces. Supongo que tendrá que ver con la aparición de la hermana de Acuario. Aún recuerdo la cara de MIlo cuando la vió, era una tragedia épica que Sófocles no hubiera sido capaz de retratar.  

-¿Crees que alguna vez Camus deje de huir de Milo?

El carnero sonrió con un poco de pena, cómplice de saber muchas cosas más de las que quisiera. Haber reparado las armaduras de sus compañeros de armas le brindaba mucha más información de la necesaria.

-Creo que Camus tiene demasiadas cosas por sanar y trascender y Milo debe ser más hábil y justo con él.  

El brasileño frunció el ceño, aún sin abrir los ojos.

-¿A qué te refieres?

-Bueno, creo que hay marcas en la historia del francés que no conocemos. Creo que las muertes y el abandono le persiguieron a tal extremo donde descubrió que el mecanismo de huida y cierre es más fácil que simplemente permitirse sentir. Creo también que su hermana cambiará ese panorama, ahora mismo está vulnerable, más de lo que quisiera. En cuanto a Milo... es demasiado torpe afectivamente para simplemente entender que Camus tiene sus tiempos y si quiere acercarse a él definitivamente le queda mucho por aprender. 

-¿Cómo sabes tanto de todos? -preguntó el moreno riendo nuevamente, esta vez levantando su pesado cuerpo para sentarse.

-Reparo sus armaduras y además, Shaka es mi mejor amigo. Shaka suele estar enterado de todo. -sonrió el carnero besando suavemente los labios de su acompañante.

-¿Deberia preocuparme Virgo?

Mu rió.

-No. Creo que está interesado en la hermana de Camus.

Aldebarán rió, casi a carcajadas. La idea de que Shaka finalmente quisiera parecer un ser mundano y vincularse afectivamente con alguien le resultaba divertida. No estaba tan seguro de que Camus esté de acuerdo 

-Pagaría mucho dinero por ver al tío intentando ligar a ojos cerrados. Mucho dinero.

Mu sonrió, quizás el también lo haría.

Memorias del SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora