capitulo 20

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Estoy ansiosa esperando que Tsukishima llegue para nuestra salida, e igual para disculparme por lo de Satori, aunque... también he estado pensando sobre ¿Qué somos? Ya nos hemos besado e incluso compartido algunas cosas personales, pero... ¿será formal lo de nosotros? Sea como sea, estoy feliz como estamos, será pesado en algunas ocasiones, un poco orgulloso, pero aun así es un buen chico aunque le cueste demostrarlo, de seguro que si hubiera alguien cerca mío me estaría molestando de lo tonta que me veo al sonreír así solo pensando en él.

No tengo idea de donde iremos, pero intenté vestirme de una manera variada para distintas ocasiones, me vestí con una blusa blanca con rallas rojas semi formal, un short de jeans negro y unas zapatillas blancas, llevo un polerón en caso de que se haga tarde, me recogí el cabello en una coleta dejando un poco de flequillo. Guardé algunas cosas en una mochila pequeña y ya estaba lista.

Escuché una bocina, salí afuera para ver y era Tsukishima en un auto, se bajó y vino directo a mí.

-¿estas lista para salir? – me sonrió de lado.

-estoy lista – cerré la puerta de mi casa con seguro y me fui al auto, Tsukishima me abrió la puerta, fue muy tierno.

-espero que te guste el lugar – dijo mientras estaba atento al volante.

-¿Dónde vamos? – pregunté.

-espera a que lleguemos.

-oh vamoss ¿aun hay que esperar? – hice un puchero.

-así es – reía a gusto.

-por cierto, no sabia que manejabas, ¿tienes licencia?

-claro que no boba – se acomodó los lentes con su mano libre – tengo 16 años nada mas.

-vaya, no sabia que don responsabilidad hacía cosas ilegales – lo molesté.

-¿tu no conduces?

-pues no, nunca me enseñaron, mejor dicho no les agradaba la idea que aprendiera a conducir cualquier tipo de vehículo.

-¿por qué no?

-mis padres eran demasiado sobreprotectores, como te había dicho, eran traumatólogos, por eso veían todo tipo de accidentes y por esos accidentes me prohibían muchas cosas para evitarlos.

-debió ser muy agobiante para ti.

-si, demasiado.

Seguimos hablando mientras llegábamos a nuestro destino, en algunas ocasiones me tomaba la mano, me daba gracia comparar el tamaño de nuestras manos, la diferencia era demasiado notoria. Al paso de unos 20 minutos aproximados llegamos a un bosque y nos adentramos.

-ahora quiero que cierres los ojos – me miró fijamente.

-¿aun tengo que seguir esperando?

-ya falta poco, no reclames pequeña minion – me dio un pequeño golpecito en la frente.

-ahhh esta bien – suspiré y cerré los ojos.

-bien – Sentí que avanzó un poco mas con el auto y se detuvo – aun no los abras – refunfuñé al escuchar eso.

Escuché que abrió la puerta, se dio la vuelta y abrió la puerta que estaba de mi lado, me tomó de la mano para guiarme, avanzamos algunos pasos, sentí como se puso detrás de mi y me abrazó por la cintura, respiró en mi cuello, cosa que me dio escalofrío, luego me susurró al oído

-ahora si puedes ver.

Abrí mis ojos y quedé maravillada con la vista, era una laguna, sus aguas eran prácticamente transparente de lo limpia que estaba, con el reflejos de las hojas verdes y anaranjadas de los arboles hacia que la laguna se viera de colores, era un espectáculo ante mi vista

Mi verdadero ser (tsukishima kei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora