capitulo 22

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Narra Mei

Desperté con un dolor de garganta algo fuerte, fui abriendo mis ojos de apoco, pareciera que llevara una eternidad durmiendo, hay un pequeño pitido sonando ¿Dónde estoy? intento mirar a mi alrededor, a mi lado esta... ¿Saeko? Está con su teléfono, se le escapan algunas sonrisitas, luego se da cuenta que ya desperté y cambia su cara al instante.

-ya despertaste pequeña – me tomó de la mano, estaba ¿emocionada? – ¿Cómo te sientes? Nos diste un gran susto.

-y-yo... - porque me duele tanto la garganta – ¿Dónde estoy?

-estamos en el hospital, ¿no recuerdas nada? – se asustó.

-solo recuerdo haber estado en... - ¿Dónde estaba?

-Tranquila, tomate tu tiempo – me apretó la mano dándome confianza.

-yo estaba en... - al recordar me dio un escalofrío, empezó a sonar un poco más rápido el pitido.

-calma Mei, todo esta bien – se subió a acostarse conmigo y abrazarme.

-estaba en el laboratorio... - volví a sentir ese miedo de cuando no pude abrir esa maldita puerta – y no pude...

-no digas mas, ya pasó – me acarició el pelo – además no hagas tanto ruido – me guiñó el ojo – hay alguien que se quedó toda la noche vigilándote – miré hacia donde apuntó y ahí estaba él, durmiendo en un sillón que estaba en la esquina de la habitación, se veía tan sereno durmiendo.

-¿Cómo se enteró que estaba aquí?

-hmm de seguro no debes recordarlo, él te sacó de ese lugar – miró a Tsukishima con una sonrisa – él te salvó Mei.

-¿no le pasó nada? – dije un poco preocupada.

-bueno, se desmayó después de haberte dejado en la ambulancia, lo dejaron descansando y estuvo un rato con oxigeno por el humo, pero nada mayor.

-que alivio – lo seguí mirando y de la nada abrió sus ojos, nuestras miradas se cruzaron, sentí como mis latidos se aceleraron, la máquina de los pitidos me delató, me sonrojé de la vergüenza, él solo se rio.

-Mei, ¿me esperas? Iré a comer algo – dijo Saeko

-claro, ve, no te preocupes, no iré a ninguna parte – ella se levantó y salió por la puerta.

- ¿ya despertaste perezosa? – dijo Tsukishima viniendo a mí.

-eh desperté primero que t... - me tomó del mentón y me besó fuertemente, yo lo seguí, sus labios se sentían cálidos, a diferencia de los míos, me encantó esa sensación, con mi mano acaricié su rostro, al separarnos lo miré con una sonrisa y él también me sonrió.

- ¿Cómo te sientes?

-estoy bien – pasé mis dedos por sus cabellos que tanto me encantan.

-nos diste un gran susto – me besó en la frente.

- ¿Cuánto llevo aquí?

- ¿no te le dijo la hermana de Tanaka?

-no se lo pregunté – me miró dudando si responderme o no – ya dime ¿cuánto llevo?

-llevas... cinco días – lo dijo con un rostro serio, se le nota cansado, tiene unas leves ojeras ¿habrá pasado todas esas noches conmigo?

-cinco días... - pareciera que lo del laboratorio apenas fue hoy... de la nada sentí un dolor en la sien, puse mi mano en la frente instintivamente.

-¿Mei, sucede algo? – dijo preocupado.

-no, todo está bien – sonreí.

-no te creo nada, voy a llamar a una enfermera – salió de la habitación.

Mi verdadero ser (tsukishima kei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora