☆ 57. ☆

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¿NUEVO COMIENZO?

2020
Un mes después
Sábado

—¿Y qué pasó? —Inquiere Sarah, realmente curiosa—. ¿Qué te respondió?

La miro fijamente, para después soltar un suspiro.

—Me rechazó —admito, encogiéndome de hombros para restarle importancia al asunto—. Me dijo que él no me veía de esa forma y se fue a Irlanda.

No puedo creer que ya hace poco más de un mes que Sean se fue de manera definitiva a Irlanda. Como así también, no puedo creer que me le declaré.

—Lo siento mucho —responde Sarah, mirándome apenada y hago una mueca para que sepa que todo está bien—. También siento la pérdida de tu amigo —comenta y le sonrío agradecida por sus palabras.

Suspiro al darme cuenta que ya hace poco más de un año que Bautista murió.

No puedo creer todo lo que cambió en mi vida desde entonces.

—Gracias —contesto, sonriéndole de manera amable—. Pero supongo que así es la vida, con pérdidas de por medio.

—¿Por qué no continuaste escribiendo en el diario?

—Porque cuando a uno le toca crecer, madurar y cambiar su punto de vista de golpe, se da cuenta que no tiene sentido anotar las cosas malas. No digo que no haya tenido cosas buenas, pero ya no le vi sentido seguir escribiéndolas.

—Entiendo —responde Sarah, asintiendo con la cabeza—. Bueno Emily, fue entretenido y lamento que tu diario haya terminado aquí, sin tu consentimiento —comenta, entregándome el cuaderno y yo lo agarro para mirarlo entre mis dedos—. Pero me avisaron hace como una hora, más o menos, que ya habían encontrado la historia perfecta, la cual es la ganadora del concurso, lo siento mucho —se disculpa y yo la miro sorprendida—. Pasa que tu historia me resultó tan entretenida e interesante, que no quise interrumpirte para decirte eso. Necesitaba llegar al final, para saber qué te había respondido luego de que te confesaras, porque no escribiste más de eso. Lo siento mucho —admite apenada y yo sonrío, para hacerle saber que está todo bien.

—No pasa nada —aseguro, sin poder dejar de ver el cuaderno rojizo entre mis manos, dándome cuenta de algo—. ¿Sabes? No lo quiero —confieso, sorprendiéndola—. No hay nada aquí adentro que no vaya a recordar. Que tengas un buen día.

Dejo el diario en la pequeña mesa de vidrio y me levanto del sofá.

La vida da giros inesperados, que te llevan a cambiar, madurar y aprender.

Contando todo esto, me di cuenta que no solo yo tuve y tengo mala suerte, sino que todo en la vida lo es. Algunos tienen más que otros, pero nadie se salva de ella.

Me despido una vez más de Sarah y camino hacia la salida de la oficina, dejando allí, por primera vez, la mala suerte.

Al cruzar por la puerta, puedo ver a mi abuelo sentado en una de las bancas de espera, y al verme se levanta lo más rápido que puede para acercarse a mí.

—¿Y? ¿Te aceptaron? —cuestiona emocionado y me da pena arruinarle ese sentimiento.

Niego con la cabeza y suelto un suspiro.

—No, no lo hicieron —respondo, logrando desanimarlo—. De todas formas, estuvo muy mal lo que hiciste —aseguro, comenzando a caminar por los largos pasillos del edificio.

Mi abuelo me sigue sin dudarlo y me mira confundido.

—¿Qué hice? —cuestiona, haciéndose el desentendido.

Mala suerte | #SS1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora