Mala suerte | #SS1 ✅

☆ 1 parte 3. ☆

* FLASHBACK *

—No sé Axel, tú bien sabes que soy un asco para los deportes —comento, haciendo una mueca al recordar los traumas que tengo debido a eso.

—Ya lo sé, pero tú tienes todo para ser una gran jugadora de básquet — asegura mi hermano mayor, mirándome de forma alentadora, pero aun así sigo en duda.

—Si amiga, a parte si entras al equipo estarías conmigo —comenta Isis y la miro, para volver hacer una mueca—. Seríamos compañeras de equipo.

—Tú sí eres buena jugando, por eso eres la sub-capitana, pero yo tengo dos pies izquierdos y dos manos derechas —explico, haciendo que ambos me vean raro sin comprender mi ejemplo—. ¡No combino!

—Pero, tienes una gran ventaja —afirma Axel, llamando nuestra atención—. Tu mejor amiga es demasiado buena jugando al básquet —Veo a Génesis sonrojarse y elevo una ceja, para después volver a ver a Axel—, y tu hermano es todavía mejor, el doble de bueno. Con nuestra ayuda —Abraza a Isis y puedo ver su sonrojamiento aumentar—, no habrá quien se compare a ti.

* FIN DEL FLASHBACK *

Al final, ambos lograron convencerme para entrar al equipo de básquet del instituto. Lo sorprendente fue que sí quedé en el equipo.

Isis y Axel me entrenaron una semana entera -me duele todo el cuerpo- y la entrenadora al verme se sorprendió y me dijo que porqué soy un asco en gimnasia.

Lo que me enteré luego, fue que Génesis le rogó para que me diera una oportunidad y la entrenadora lo hizo, ya que no había pruebas hasta el próximo año.

Lo peor es que yo no sé mucho sobre este deporte, tampoco sé que se debe hacer en un partido, pero estoy en medio de los partidos más importante para el instituto.

Luego entendí porque mi hermano me alentaba tanto, entendí por qué insistía tanto de que juegue al básquet. Tiene nombre, está teñida de rubio y es la capitana del equipo, se llama Rebeca Nai. Un asco el apellido, como su personalidad.

Mi hermano es el bombón del instituto prácticamente. Se hace la víctima, para que yo sea intermediaria. Pero como soy buena hermana, acepté.

Hoy es mi primer partido. Estoy muy ansiosa y a la vez demasiado nerviosa, ya había escuchado todos los consejos de mi papá y de Axel, pero me olvidé todo. Bueno, dicen que en la práctica uno lo recuerda, ¿no?

El partido había dado comienzo hace como diez minutos. Toda mi familia está apoyando a Isis y a mí desde la tribuna, pero en vez de que eso me haga pasar el nerviosismo cada vez está peor, ya ni me acuerdo en qué parte me debo posicionar.

Creo que se me nota, porque Isis camina hasta mí y me posiciona en mi lugar. Es una buena amiga.

—¡Vescovi, ¿qué estás haciendo?! —grita por octava vez la entrenadora, logrando sacarme de mis casillas.